Los dirigentes de Podemos tienen que explicarse. Las informaciones sobre supuestas irregularidades en su financiación, amén del informe del Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales, más el tristemente ya famoso "caso Dina" en el que Pablo Iglesias comenzó como acusador y ahora le están investigando, son asuntos de enorme gravedad que exigen una explicación por parte del propio Iglesias y del resto de la dirección podemita.
Pero una explicación no es lanzar una sarta de insultos ni de descalificaciones contra quienes informan de estas supuestas practicas más que controvertidas en el seno de Podemos.
Naturalmente, Iglesias y los suyos cuentan con la garantía de la presunción de inocencia ante las acusaciones que se les hacen. Pero eso sí, lo que no pueden es exigir comportamientos transparentes a los demás y no dar ejemplo.
Desde que Pablo Iglesias y compañía irrumpieron en la escena política han venido atacando sin paliativos a lo que califican como la "casta" y el "régimen del 78". Han dado lecciones de moral a todo el mundo, y se han constituido en el fiel de la balanza. Todo esto les obliga, o debería de obligarles, a tener comportamientos políticos irreprochables y desde luego a dar explicaciones de todos y cada uno de sus actos.
Lo que no es de recibo es la doble moral, su exigencia de ejemplaridad a otros, y manga ancha para ellos.
Si se les aplicara los cánones de exigencia de transparencia y ejemplaridad política que ellos exigen a los demás, en estos momentos algunos de os dirigentes podemitas tendrían que estar pensando en la retirada.
Y no vale el intentar escudarse que todos son acusaciones falsas de sus adversarios políticos y de los malvados de ideologías contrarias. También sorprende la manga ancha de Pedro Sánchez con sus socios de Podemos. Incurre igualmente en esa doble moral: lo que hacen los adversarios merece una condena sin paliativos y una exigencia de dimisiones y responsabilidades, pero balones fuera ante las informaciones sobre las supuestas y gravísimas acusaciones que penden sobre sus socios.
Hay muchos ciudadanos que confían en Podemos, que han votado a esta formación convencidos de que iban a ayudar a regenerar la política española. Todos esos votantes, y también todos aquellos que aún sin votarles consideraron que su presencia era un soplo de aire fresco, merecen una explicación seria, sólida, creíble sobre todos esos asuntos que les pone en entredicho, algunos ya en los tribunales. ¿A qué esperan para explicarse?
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