El pasado viernes saltaba la bomba económica. Caixabank y Bankia se dirigen a la CNMV para informar de que están en conversaciones para una posible fusión. El sector bancario está realmente atravesando duros momentos. Los problemas no han surgido ahora con el Covid, aunque se han agravado. El negocio básico de prestar dinero y cobrar por ello está muerto con los tipos negativos. Además, los beneficios ya habían iniciado hace tiempo un camino descendente, que ahora se verá agravado por el aumento en la concesión de préstamos que, en su mayoría, hay que provisionar por posible impago y la consiguiente caída de los ratios de solvencia. Ya hace tiempo que el BCE viene instando a los bancos a que se fusionen, a que se formen grupos más grandes para mantener el tipo. Y más ahora, cuando las expectativas son de una actividad económica baja o muy baja.
Como en todas las fusiones de grandes grupos, más si son bancos y uno de los actores es el Estado, el Gobierno está en la pomada. Y, por tanto, se mezclan los análisis netamente económicos con los políticos. En este caso, el ambiente se enrarece aún más, ya que Bankia fue salvada con dinero público y aún está pendiente la sentencia del juicio que se celebró por su salida a bolsa. Básicamente, la bronca se centra en que la vicepresidenta Calviño no informó al vicepresidente Iglesias, como contaba ayer Carlos Segovia en El Mundo. Pero, también en el número de empleados y oficinas que obviamente se perderán, si la operación culmina con éxito. Y estamos hablando de más de 1.400 oficinas y 12.000 trabajadores.
En todo caso, y a pesar de la bronca política en el Gobierno de coalición, no creo que las aguas se desborden. Al fin y al cabo, Pablo Iglesias ya empieza a hacer callo en esto de cabalgar contradicciones. Lo ha hecho con su modo de vivir, lo hará con los Presupuestos Generales del Estado, con el programa de Gobierno firmado con Pedro Sánchez y lo hará con la fusión de Bankia con Caixabank, aunque su proyecto de banca pública, eje de sus mítines, no salga adelante. Iglesias se queda. Sabe que tragar es la única forma de seguir en el Gobierno y que ese tren no volverá a pasar.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/200042/hay-trenes-que-no-pasan-dos-veces