Felicidad con coraje

El 15 de septiembre es el día Internacional de la Democracia desde 2007, proclamado como tal por la ONU tras la necesidad de dar un marco internacional donde las distintas democracias nuevas y restauradas pudieran verse reflejadas. La palabra democracia, con origen en la madre de todas las democracias, la polis de Atenas (s. VII al IV a.C) derivada de la unión de demos (pueblo) y kratos (gobierno), gobierno del pueblo, ejercido y dominado por el pueblo y para el pueblo, como decía Lincoln.

De ahí que la participación de la ciudadanía en democracia, como en aquella Grecia donde el órgano máximo de gobierno era la Asamblea de todos los ciudadanos libres, sea condición sine qua non para su desarrollo y funcionamiento más óptimo. La democracia no puede comenzar y acabar el día de los sufragios, tenemos la obligación de exigirla y practicarla a diario para pasar de formar parte de esta sociedad a tomar parte de ella, por más que se empeñen en acallarnos. Como quien debiera ser el alcalde de todos los almerienses, Ramón, quien se atreve a aprobar un Reglamento de Participación ciudadana teniendo en contra al Comité vecinal, al cual no dejó estar presente en el Pleno en que se aprobaba.

Claro que estos son hijos de una misma forma de ver la política y, en definitiva, de entender la vida. De ahí que Abascal pudiera decir hace unos días la barbaridad de que Sanchez “preside el peor gobierno en ochenta años”. No deberíamos permitir equiparación de gobiernos democráticos y dictatoriales, nos gusten más o menos, pues todo el que sale de las urnas está abalado por la mayor de las garantías democráticas, el pueblo.

Pero para mantener una democracia no se puede ser dubitativo, hay que ser determinante en los planteamientos y en las acciones. Decía Pericles, responsable del asentamiento democrático en la Grecia antigua, que “La felicidad está en la libertad, y la libertad en el coraje”, tengamos coraje para frenar cualquier atisbo antidemocrático si no queremos que nos pase la apisonadora totalitaria que tan infeliz hizo a nuestro País.