Hay quienes se escandalizan porque a Pedro Sánchez no le importa negociar los Presupuestos Generales del Estado con Bildu y Esquerra a través de su vicepresidente Pablo Iglesias. En mi opinión lo raro sería que no lo hiciera.
La trayectoria política de Pedro Sánchez es meridianamente clara: objetivo último es el poder y si para obtenerlo y ejercerlo hay que pagar un precio, lo paga.
Así que no caben sorpresas porque Pedro Sánchez, después de haber mareado con tiras y aflojas a Inés Arrimadas, a la que ahora descalifica con su desparpajo habitual, destape las otras cartas que tenía en la manga que son las de Esquerra y Bildu.
Sánchez no se pone límites a la hora de conseguir sus objetivos y por tanto para él es "peccata minuta" un pacto con Bildu, con Esquerra o con quién haga falta. De manera que aprobara los Presupuestos Generales del Estado sin inmutarse por el precio que le pongan. Porque el objetivo no son los Presupuestos en si mismos sino el poder seguir siendo Presidente de Gobierno.
Caben pocas dudas de que está legislatura llegará hasta el último día y que las disensiones dentro del Gobierno no pasarán de ser fuegos artificiales porque tanto Sánchez como Iglesias forman el típico matrimonio de conveniencia. Los dos son ambiciosos, los dos quieren el poder, los dos saben que, en ocasiones para obtenerlo o para preservarlo, hay que pagar determinados preciosos.
Iglesias y los suyos lo vienen repitiendo: no quieren unos Presupuestos negociados y aprobados con Ciudadanos. En Podemos se sienten más cómodos con partidos independentistas y por tanto vienen trabajando con empeño apartar a Ciudadanos.
Si al final los Presupuestos se aprueban con los votos independentistas tendremos unos Presupuestos Frankestein pero tendremos Presupuestos y sobre todo lo que Sánchez tendrá es garantizada su continuidad en el Palacio de la Moncloa.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/200704/sin-limites