En el último minuto

Carmen Tomás
07:00 • 30 sept. 2020

Gobierno, empresarios y sindicatos llegaron in extremis a un acuerdo para prorrogar los ERTE hasta el próximo 31 de enero. Finalmente, se han incluido sectores tan importantes y dañados por esta pandemia como la hostelería y el comercio.


Miles de empresas y trabajadores estaban en vilo. ¿De verdad hacía falta esperar al último minuto? No lo entiendo. La segunda ola del coronavirus se ha adelantado al otoño. Ya se podía ver en los datos que se iban conociendo y en los adelantados del propio Ministerio de Economía que la llegada de turistas era desastrosa, que las vacaciones de los españoles no iban a cubrir los millones y millones de bajas de extranjeros y que, por tanto, hoteles, restaurantes, bares, ocio, comercios, agencias de viajes o transporte lo estaban pasando mal y que iban a empeorar.


Ya sabemos que no todos los economistas están de acuerdo en la prolongación general de los ERTE. No sólo su coste es muy elevado -1.000 millones de euros al mes- sino que al ser general muchas empresas que ahora se salvan, en realidad son ya zombis y no superarán esta crisis. Sin embargo, en mi opinión, es necesario y de justicia prorrogarlos, porque la decisión de cerrar o de reducir los aforos ha sido del Gobierno, por fuerza mayor.



Y, precisamente, los ERTE sí tienen clara la llegada de fondos europeos. Sin ir más lejos, a finales de la semana pasada se conoció que la Comisión Europea había concedido finalmente a España más de 20.000 millones de euros. Es cierto, que el Gobierno ya se ha gastado un 50% más. Sin embargo, la pregunta que me hago es si, a pesar del coste de estas prestaciones, no es más negativo y costoso que cierren decenas de miles de empresas y cientos de miles de trabajadores se vayan al paro. 


Sin duda, es pertinente cuestionarse de dónde saldrá tanto dinero. Les doy ideas. Se podría reducir al mínimo la estructura del Gobierno, del Parlamento, de las subvenciones innecesarias, de partidas de gasto que en este momento ni mantienen el tejido productivo ni crean puestos de trabajo. Pero, claro, esto requiere trabajo y voluntad. Dos cosas que este Gobierno ha demostrado hace tiempo que no está dispuesto a hacer.





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