El futuro de la ciudad de Almería debe pasar obligatoriamente por un modelo sostenible con el medioambiente. Este principio básico en un mundo sumido en el caos del cambio climático debería ser pilar fundamental para cualquier gobernante que pretenda hacer de su ciudad un espacio amable, habitable y sostenible en el tiempo.
No parece ser ésta una de las preocupaciones del alcalde de Almería. Y es que, pese a hacer grandes anuncios, como el llamado “Plan Botania” o la reciente adhesión a la Red de Gobierno Locales + Biodiversidad de la Federación Española de Municipios y Provincias, la realidad de nuestra ciudad se basa en dejar el urbanismo a merced de la especulación, maquillar bajo supuestos planes extraordinarios el mantenimiento de las zonas verdes, y hacer espacios duros de cemento y césped artificial.
Este modelo de ciudad es el que lleva a gala el PP desde hace más de 16 años: no hay más que ver el Mesón Gitano, los solares abandonados, el mantenimiento del Boticario o la pretendida reforma de la Plaza Vieja. Los socialistas lo venimos denunciando desde hace años, y vemos cómo la situación en defensa de la biodiversidad de la ciudad es lamentable, no solo en el Centro o el Casco Histórico, sino en todos y cada uno de los barrios, donde los parques y las zonas verdes brillan por su ausencia.
El PP no tiene un compromiso real con el medioambiente. Un ejemplo claro es la remodelación de la Plaza Vieja, donde el equipo de gobierno de PP y el concejal no adscrito votaron a favor de eliminar los ficus centenarios de gran porte para poner arbustos en las esquinas de la plaza. Afortunadamente, este atentado medioambiental ha sido paralizado por el TSJA, tras la denuncia del PSOE y de varios colectivos. El juez ha decido paralizar cautelarmente este traslado, al entender que su eliminación haría un daño irreversible a los árboles, en caso de que finalmente la Justicia nos dé la razón en última instancia, que esperamos sea así.
El mayor desafío que hoy tenemos como ciudad es cambiar de un modelo de crecimiento inmobiliario e irracional a un modelo urbanístico cohesionado, eficiente y sostenible. Los socialistas entendemos el crecimiento urbano en la triple dimensión del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Y por eso, proponemos planificar la ciudad de forma medioambiental, propiciando la recuperación, creación y mantenimiento de espacios verdes con especial incidencia en el arbolado de calles y plazas, cuestión ésta que se ha gestionado en los últimos años bajo un prisma puramente economicista.
Los árboles de calzadas, aceras y fachadas, harán bajar la temperatura ambiente y evitarán el efecto burbuja de calor, lo que disminuirá el consumo energético en aire acondicionado; y, de este modo, se fomentará un mayor uso de la calle e indirectamente se favorece el pequeño comercio.
Bajo los mandatos del PP, el Ayuntamiento, ha deforestado calles, con el pretexto del deterioro de las aceras, y ha sustituido árboles sanos por especies de bajo porte y hoja perenne, que es justo lo que quiere hacer con la Plaza Vieja.
El alcalde sigue obsesionado con reformar la plaza sin los ficus, por una mera cuestión estética, como así dice el auto de juez, confrontando con la oposición, colectivos vecinales, asociaciones y colegios profesionales. Desde estas páginas le pido que reflexione y que actúe con sentido común porque un alcalde que no escucha es un alcalde que no sirve a sus vecinos.
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