Una apuesta por la innovación

Jesús Baca Martín
23:52 • 17 nov. 2020 / actualizado a las 07:00 • 18 nov. 2020

Almería se ha caracterizado, en las últimas décadas, por su espíritu pionero y su capacidad de iniciativa. Este no solo es un camino deseable en los tiempos que corren sino, con probabilidad, el único que permitirá un desarrollo continuado y sostenible de las regiones europeas en los próximos años. 


Europa apuesta por la innovación social y el emprendimiento como ejes estratégicos de su desarrollo


El fomento de nuevas oportunidades y el seguimiento de las tendencias emergentes, de la innovación al fin, no solo se estima como un procedimiento para recuperar el pulso económico, sino también, y desde un punto de vista puramente social, como un camino necesario para no dejar atrás a aquellos sectores de la sociedad que han resultado especialmente damnificados por la situación de crisis creada por la pandemia



El crecimiento de la UE en los próximos años, en la perspectiva de las estrategias de especialización regionales (RIS3) planteadas por la Comisión Europea, pasa por el fomento de una economía inteligente, sostenible e integradora, teniendo como horizonte la recuperación del empleo, la productividad y la cohesión social. La idea es convertir la innovación en objetivo prioritario de cada una de las regiones de Europa a lo largo de esta década, con la finalidad de desplegar una economía más competitiva en el escenario mundial.


En este enfoque, la innovación social no aparece como un fin en sí mismo, sino como un instrumento de progreso y cohesión, a la vez que de generación de riqueza. A fin de conseguir este propósito, la implicación de las instituciones públicas y las entidades privadas en apoyo del Tercer Sector resulta imprescindible para un desarrollo equilibrado de las regiones y para un fomento efectivo del emprendimiento.



La recuperación económica necesita la innovación. La innovación tecnológica pero también la innovación social, pues la innovación, cuando está enfocada a fines sociales, también opera como motor de la economía y del progreso social. 


Hemos de ser conscientes de que no hay progreso social sin desarrollo económico. Pero  igualmente, un desarrollo equilibrado y sostenible precisa políticas sociales integradoras y de emprendimiento. Los ciudadanos tienen mucho que aportar en los próximos años para recuperar la senda del crecimiento y del bienestar social. Es el momento de apoyar las ideas innovadoras y los proyectos de la sociedad civil. Es el momento de invertir en capital humano.





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