¿Quo vadis PSOE?

¿Y adónde nos conduces?... Pregunto al partido y no al Secretario General del partido, porque el ominoso silencio de los corderos en que se han enrocado los militantes socialistas es el que está permitiendo que Pedro Sánchez haga lo que le venga en gana, incluido el pactar con los asesinos de más de 900 españoles, algunos de ellos socialistas bien reconocidos (Enrique Casas, Fernando Mújica, Ernest Lluch). El pacto, además, es especialmente hiriente porque no había necesidad parlamentaria de hacerlo: no se necesitaban los votos de los asesinos de ETA para aprobar los presupuestos generales del estado. Se ha hecho con premeditación, deliberadamente, con recochineo, con ánimo de molestar. Se ha dado un paso más en la dirección de “blanquear” a la banda de asesinos, de hacerlos democráticamente aceptables, sin tacha, políticos honestos. (¿?) 

Contrasta la lenidad con que se juzga a los amigos de ETA con la repulsa frontal de la derecha parlamentaria más extrema (VOX), y los palos con que se trata a la derecha parlamentaria constitucionalista (PP y Ciudadanos). Hay que llamar la atención sobre el hecho de que, VOX, mientras no se demuestre lo contrario, es un partido que acepta el juego democrático y persigue sus objetivos políticos por medios legales. BILDU y ERC, socios de Pedro Sánchez, contrariamente, pretenden conseguir sus objetivos “por los medios que sean”, legales e ilegales. Al mismo tiempo, el Sr. Presidente, permite y ampara opiniones contrarias al Estado surgido de la Constitución de 1978, expresadas nítidamente por sus socios de gobierno actuales.  El PSOE de Sánchez se sitúa de este modo, muy escorado a la izquierda, con ribetes políticos de izquierda marginal. (Me va recordando cada vez más al triste PSOE de Largo Caballero que nos condujo a una guerra civil sangrienta y desgarradora.)

Pero el PSOE que ha escogido esta “derrota” (en sentido náutico y en otros sentidos) no va engañado: sus socios hablan muy clarito; se les entiende todo; van a cargarse el “Sistema”.  Lo ha expresado con todas sus letras el portavoz de los etarras en el Parlamento vasco. Lo ha mostrado de hecho ERC montando una rebelión en Cataluña.  Y Pablo Iglesias ha declarado sin pelos en la lengua cuáles son sus objetivos máximos y cuál es su modo de actuar: socavar la democracia desde dentro, diciendo siempre que se actúa en defensa de la democracia; manteniendo la ficción de aceptar el sistema democrático, pero debilitándolo desde dentro ocupando silenciosamente todos los poderes del Estado.