Se lo he escuchado decir a unos cuantos socialistas: “En cuanto se aprueben los Presupuestos, Pedro Sánchez ya no necesitará a Pablo Iglesias y podrá gobernar de otro modo”. La verdad es que soy escéptica respecto a que esto vaya a suceder.
Ciertamente, con los Presupuestos aprobados, Sánchez puede tirar millas hasta agotar la legislatura y por tanto los votos de Podemos y de Bildu, Esquerra y compañía ya no le serán necesarios para aprobar otros Presupuestos, pero sí le serán absolutamente necesarios para poder gobernar sin sobresaltos, es decir, sin derrotas en el Parlamento. Además, en mi opinión Pablo Iglesias es mucho Pablo Iglesias, tiene una consistencia ideológica y política superior a la de Sánchez.
Lo he repetido en otras ocasiones: Iglesias tiene un proyecto político mientras que Pedro Sánchez tiene un proyecto personal.
Por tanto la diferencia entre ambos es abismal por más que estén juntos porque se necesitan y que ese “matrimonio” de conveniencia les provoque a ambos algún que otro dolor de cabeza. En mi opinión, sobre todo a Sánchez ya que Iglesias ha descubierto la cuadratura del círculo: está en el Gobierno pero no titubea en hacer oposición al Gobierno.
Y no solo eso, hasta ahora Iglesias ha marcado el ritmo y la agenda al Gobierno y cuando tuerce el gesto o se contraria Sánchez no duda en darle lo que pide, el último ejemplo es el de la gestión de los fondos europeos.
Desde Podemos marcan el paso al Gobierno y se suele ver a los dirigentes socialistas apurados intentando no contrariar a los podemitas.
Lo que sí es patente es la preocupación de muchos socialistas porque tal y como va la legislatura Pablo Iglesias parece que es el Presidente y Sánchez un distinguido acompañante.
Puede que el todopoderoso Ivan Redondo ponga en práctica algún truco de birlibirloque (eso que los sin sustancia llaman ahora construir un relato) para demostrar que es Pedro Sánchez el que manda, pero acaso es demasiado tarde porque en el imaginario colectivo ya está instalada la impresión de que, como decía, es Pablo Iglesias quien marca el paso.
Además me pregunto qué puede hacer Sánchez para demostrar su autonomía frente a Iglesias sin pasarse de frenada, es decir sin enfadar al Vicepresidente. Sabiendo como se las gasta Iglesias es difícil creer que se vaya a dejar ningunear ni por Sánchez ni por nadie.
Así que los que sueñan con un Gobierno del PSOE o en el que el PSOE marque el paso, tendrán que terminar despertándose y descubrir que los sueños, sueños son.
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