Por el camino del sectarismo se acaba en la extravagancia. Podemos, socio del Gobierno que preside Pedro Sánchez, pretende anular del Código Penal el delito de sedición. Ha trascendido su propuesta para laminar el tipo penal que apareja dicha conducta. Sin el uso de armas, según la propuesta que Podemos ha hecho llegar al ministro de Justicia, no habría delito pese a que, pongamos por caso, una multitud en tumulto intentara forzar la dimisión de un gobernante ocupando una sede oficial. Semejante recado alcanza al ministro Juan Carlos Campo en plena tarea de revisión del Código Penal, también él con la clara intención de rebajar la gravedad -y las penas- que apareja el mencionado delito.
Todo este engrudo político judicial tiene un solo objetivo: conseguir por la vía de la retroactividad que los presos catalanes del “procés”, condenados a prisión por sentencia firme del Tribunal Supremo, salgan a la calle cuanto antes. Si la reforma llegara a tiempo -lo que es dudoso conocidos los trámites parlamentarios- que fuera antes del 14 de febrero fecha de las elecciones autonómicas catalanas. Si no llega a tiempo esta reforma, algunos dirigentes de Podemos, Pablo Iglesias entre ellos, se han pronunciado abiertamente por la vía del indulto.
Pretenden que los autores del intento de golpe que proclamó la república catalana y la consecuente independencia de Cataluña respecto de España, salgan de la cárcel sin haber cumplido el tiempo asignado en las sentencias. Nunca se había llegado tan lejos en el camino de la falta de escrúpulos.
Todo este obedece a una sola causa: para seguir en La Moncloa, Sánchez necesita que los socios de la investidura, con ERC a la cabeza, le aprueben los Presupuestos y, de paso, se avengan a seguir apoyando al Gobierno en lo que queda de legislatura.
“Sin la sentencia del ‘procés’ no habría reforma del Código Penal”, reconoció el ministro de Justicia en una entrevista reciente. La reforma del Código como proyecto de ley tendrá que ser refrendada por el Parlamento, pero el indulto -caso de que se llega a él para contentar a ERC y a Podemos porque tienen prisa para excarcelar a Junqueras- sería cosa del Gobierno aunque como tal indulto comprometería la firma del Rey.
El mismo Felipe VI cuyo discurso del 3 de octubre de 2017 a raíz del referéndum ilegal de autodeterminación convocado por el Gobierno de Cataluña fue decisivo para desalentar a los golpistas respaldando el marco legal y la vigencia de la Constitución. Pedro Sánchez antes de dar un paso más en la dirección del indulto debería reflexionar acerca de las consecuencias. A corto plazo, escándalo político; más tarde hundimiento del crédito social del PSOE. Son las servidumbre propias de quien durante esta legislatura ha decidió andar bailando con lobos.
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