La Unión Europea pone firme al populismo

Manuel Campo Vidal
07:00 • 13 dic. 2020

Parece que la gravedad de la crisis sanitaria, más la económica y la partida geoestratégica  mundial, despierta por fin a la Unión Europea de su tradicional letargo burocrático. Hoy se toman más decisiones, y más rotundas, frente al populismo de todo tipo: el de la involución democrática, el del Brexit y el de los sueños separatistas. Hungría y Polonia vetaron los ansiados Fondos de Recuperación; pero la Unión ideó un mecanismo para esquivarlo, por lo que los dos países, que ejecutan recortes de libertades, tuvieron que retirar su oposición. Han sacado pequeñas migajas judiciales, pero queda claro: quien no respeta los Derechos Humanos no puede formar parte de la Unión. 


Sobre el Brexit no hay solución aún, ni quizás la habrá. Pero Berlín y París han pactado no negociar unilateralmente amortiguadores al impacto del divorcio británico, con un Boris Johnson aislado por la derrota de Donald Trump y con una opinión pública que ahora rechaza el Brexit. Ganó el divorcio por un cuatro por ciento de votos pero hoy perdería por nueve, según una solvente  encuesta de The Economist. El cambio se debe a que los indecisos, demasiado tarde, ven venir el desastre. Lo pagarán ellos y sobre todo los españoles, por el turismo y el comercio. Mal negocio británico y turbulencias aseguradas en Escocía e Irlanda del Norte que no quieren perder el pasaporte europeo. El día 31 de diciembre, fecha límite para cortar amarras. Máxima tensión negociadora.


Al populismo secesionista también le han aclarado las cosas, esta vez en el Parlamento Europeo. La eurodiputada Diana Riba, de Esquerra Republicana, propuso la votación del derecho de autodeterminación para casos como el catalán, el vasco, Flandes o el Tirol con respuesta rotunda: 487 en contra, 170 a favor y 37 abstenciones. Romper con el Estado, es quedar fuera de la Unión Europea. El discurso pro independentista que afirmaba lo contrario es nuevamente desautorizado. Carles Puigdemont declaró después, enigmático, que “hay vida más allá de la UE”. No se sabe si se refería a Rusia, a China o a Kosovo.



Esta votación es muy relevante para el eurodiputado Luis Garicano, de Ciudadanos, quien teme que “aunque está claro que Cataluña no pueda salir de España, el riesgo es que España salga de Cataluña, como sucede con la desaparición del Estado por cesiones a los independentistas. Ellos toman compromisos a un año o dos, como apoyar los Presupuestos, pero las cesiones de competencias son para siempre. A este paso, en 10 o 15 años no quedará España”, declaró en el Foro Next Educación organizado con la Fundación Cajasol. La advertencia merece una reflexión.


El golpe de autoridad de la Unión resalta más aún por el debilitamiento de algunos liderazgos. Macron está muy cuestionado, incluso en las calles. Conte, con tentaciones cesaristas, puede caer porque el exprimer ministro Renzi lo acorrala. Y a Pedro Sánchez le duran poco sus trabajadas victorias, como los Presupuestos, porque la performance permanente de Pablo Iglesias lo eclipsa. Lo último es un vídeo de muy poca categoría sobre la Monarquía y la propuesta de un referéndum. Sánchez ha enviado a la vicepresidenta Carmen Calvo a recordarles que Unidas Podemos es el cuarto grupo parlamentario de la Cámara por lo que sus propuestas pueden tener poca o nula trascendencia. Ruido mucho pero gobierno poco.





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