Fermín Bocos
22:40 • 20 dic. 2011
Cuarenta y dos de las 50 primeras universidades del mundo están en los Estados Unidos. Esa es la base del poderío mundial de Norteamérica, no su poder militar. He recordado tan envidiable dato en el transcurso del debate de investidura de Mariano Rajoy al hilo de una de sus promesas más llamativas: “garantizar unas enseñanzas comunes en todo el territorio nacional”. ¡Casi nada!
Tal y como han derivado las cosas en los pequeños reinos en los que , a la postre, se han ido transformando la comunidades autónomas ,no le resultara fácil cumplir con un compromiso que ,por lo demás, parecería ungido de sentido común a ojos de cualquier observador no abducido por la obsesión segregadora de los nacionalistas. Hablando de enseñanza de calidad, hubo un tiempo en el que Europa sólo tenía ojos para el Bachillerato francés.
Aún hoy se puede decir que a cualquier hora de la mañana, el ministro francés de Educación sabe qué asignatura o qué materia se está impartiendo en las escuelas y liceos de cualquier departamento de Francia, ya sea la Gironda, Córcega o Bretaña. Que durante los años germinales del Bachillerato -que, por cierto, Rajoy anuncia que pasaran a ser tres y no dos como ahora- , las enseñanzas que reciban los escolares sean comunes con independencia del territorio en el que hayan nacido y de la clase social a la que pertenezcan sus familias, será la semilla que producirá ciudadanos afectos a los valores de la libertad, la igualdad y la solidaridad que conforman el núcleo duro de nuestra Constitución. Y, también, los propios del aprendizaje: el esfuerzo, la exigencia y el mérito.
Atentos como estamos al anuncio de medidas para encarar la crisis económica: los 5 millones de parados, el déficit y la deuda -medidas que, al parecer, Rajoy se reserva para el Consejo de Ministros del día 30 de diciembre-, tengo para mí que es importante subrayar este compromiso ya anunciada. ¿Por qué? Pues porque siendo urgente lo otro, dónde, de verdad, nos jugamos el futuro de España no es en el combate con la famosa prima de riesgo, es en la educación. En nuestro modelo educativo.
¡Ojala! que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no se eche atrás en éste asunto por presión de los ajenos (CiU y Partido Nacionalista Vasco), de los propios: las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular o de los influyentes “lobbys” de la industria editorial. Cambiar el modelo educativo, ése sí que sería el verdadero cambio.
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