A principios del pasado Diciembre, casi a modo de broma, comenté que con esto de la vacuna, algunos empezarían a traficar con ella, a modo de la relación de un “camello” y su comprador (enfermo), y que empezarían a decirte por la calle, susurrando; “tengo la vacuna, te la paso por tantos euros”. Me quedé corto, como siempre, la realidad superó a la ficción. En menos de un mes, ya hemos visto y oído casi de todo, y como diría mi madre, ¡y lo que nos queda por ver!
Alcaldes y alcaldesas, consejeros de sanidad, un obispo y sus capellanes, el JEMAD, directores de hospitales, administrativos de alguna sanidad, alguna señora de…, por si fuese poco comentan de alguien que no solo se puso la vacuna sin corresponderle, sino que además se llevó, oséa roba, vacunas para toda su familia. Y para ya reunir de todo en una, en un hospital de Bilbao, se vacunó a toda la plantilla de profesionales del hospital incluido el director gerente y el personal directivo, y también a 16 personas que no eran personal del centro. cuatro representantes de sindicatos allí, reunidos, otras cuatro personas pertenecientes a Servicios Religiosos; cuatro pertenecientes a la empresa que explota la cafetería y dos personas de la empresa de vending. Vamos, faltó el perro de alguno, o tal vez no.
Aun no nos hemos enterado de aquellos pudientes que la hayan comprado, o de otros que estén comprando o robando para venderlas fraudulentamente, todo se andará.
Mi madre con 88 años, aún no sabe cuándo se vacunará, el personal de centros de acogida y las personas sin hogar, no figuran en ninguno de los cuadros de orden de vacunación.
Ni siquiera en esto, en el tema de la salud, dejamos de competir, dejamos de ser egoístas.... No nos importa que se queden sin vacunarse una persona mayor de 80 años, una enfermera de la UCI o los ciudadanos de Gabón o Guatemala. Para muchos, el pensamiento es, Yo el primero y sálvese quien pueda. En este caso, como para otras cosas, se vuelve a lo mismo de lo más rastrero de esta vida, se pone la vacuna el enchufado, el que tiene poder y el que tiene dinero, ya sea individualmente o en forma de país rico y poderoso, y las farmacéuticas, como otros a hacer caja vendiendo al mejor postor. Al mas puro estilo del gansterismo, o del vulgar camello.
Pronto se ha sabido que estaban desviando dosis de vacunas a los países que más pagan y se habla solo del Reino Unido, pero en el ranking de vacunados, primero esta Israel, sin sus vecinos palestinos, en segundo lugar, los Emiratos árabes, curioso ¿verdad? En tercero las Seychelles y Baréin, conocidos paraísos fiscales donde se esconden las grandes fortunas. Si las farmacéuticas están toreando vilmente a la todopoderosa Europa, que podremos imaginar de otros países como Perú, Nicaragua, Etiopia o Burundi, por decir algunos ¿les llegará algún día la vacuna?
Estamos sometidos al poder del mercado y al del capitalismo mas salvaje, los gobiernos que subvencionan farmacéuticas de forma gratuita, también deben de exigir, en una pandemia mundial, que estas se pongan, sin trampas, al servicio de la población mundial, y si no, se actúe con contundencia. Jesús a los mercaderes los expulso del templo.
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