No hay democracia sin libertad de expresión. Sin duda la libertad de expresión y de creación es uno de los pilares del Estado democrático.
Por eso pienso que quienes se vienen manifestando, algunos como auténticos salvajes, contra la condena del rapero Pablo Hasél, lo hacen por causas que nada tienen que ver con la libertad de expresión.
Se manifestaran por otras cosas, quizá porque están desesperados, o porque no les gusta la sociedad en que les toca, nos toca a todos vivir o porque creen que hay que derrumbar los cimientos del Estado, por lo que sea, pero desde luego no lo hacen por la libertad de expresión.
Destruir todo lo que encuentran a su paso, asaltando comercios, incendiando papeleras, y enfrentarse con autentica saña contra la policía y mossos de escuadra, nada tiene que ver con la libertad de expresión. Es más, habría que pedirles que busquen otra excusa para su comportamiento salvaje y antidemocrático y no se escondan detrás de una causa que no es la suya, como la libertad de expresión.
Las letras de las canciones de Hasél no es que sean “rompedoras” es que son panfletos cargados de odio, insultos, y lo peor de todo, de alabanza a grupos terroristas como ETA, que tanto dolor y muertos han provocado. El rapero Hasél está en su derecho de querer cambiar la sociedad, de aborrecer la Monarquía, de tener la peor de las opiniones de los políticos que nos gobiernan, de protestar por todo lo que está mal o él cree que está mal. Ahora bien desear la muerte de quienes no coinciden con su visión de la vida y la política y exaltar a los terroristas me parece que poco nada tiene que ver con la libertad de expresión.
Los grupos que se vienen manifestando mas se parecen a militantes del “partido de la porra” que exudan un odio que supongo les carcome por dentro. No se sabe lo que quieren pero de lo que si podemos estar seguros es que no se manifiestan por ensanchar las libertades.
En una democracia todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones molesten a quien molesten, pero insisto creo que desear que ETA ponga una bomba debajo del coche de Patxi López no es libertad de expresión sino enaltecimiento del terrorismo.
Aún así les diré que estoy entre quienes creen que hay que revisar nuestra legislación en lo que se refiere a los delitos de opinión y que estos no lleven pena de cárcel por mas que nos puedan repugnar las letras de las canciones y los tuits de Pablo Hasél.
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