La criada

Hay veces que prefiero darle gusto al mando de la tele para sacudirme el tedio y la monotonía. La otra noche, a altas horas, sorprendí una tertulia de esas en que ni siquiera aparece un solo contrincante ya sea para adorno formal de que son objetivos guardando las apariencias de imparcialidad. Allí eran todos lobos esteparios, bien alimentados, eso sí, y por tanto absolutamente unánimes contra la izquierda intelectual. De vez en cuando, como una forma de sarcasmo, aparecían filmaciones de los cineastas y escritores que en otro tiempo apoyaron a Zapatero. Claro, después de la mayoría absolutísima del PP, los de la ceja caen como ridículos y en estas últimas elecciones ni siquiera eso porque no aparecieron siquiera. En ningún momento los tertulianos tuvieron una mísera palabra para enjuiciar la política cultural del PP, que se ha cargado el Ministerio de Cultura rebajándolo a Secretaría de Estado y estableciendo unos recortes masivos como si la cultura para ellos fuera la criada que entretiene a los niños mientras los señores salen de fiesta. No voy a entrar en lo que han hecho con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas y con otras industrias. Viene en todos los periódicos, si quieren ustedes ampliar información. Más grave que los recortes en cultura son los recortes en investigación puesto que el I+D, según decían, era la base de nuestro potencial desarrollo. Crecimiento económico, niña de los ojos de la derecha. Pues bien, la respuesta son recortes monstruosos a la investigación. A nuestros científicos solo les queda emigrar. Esta vez no serán los palurdos braceros, años sesenta, del “vente a Alemania, Pepe”, sino los cerebros más preparados que hemos tenido jamás. Solo falta que el Premio Nobel, Paul Krugman, tenga razón cuando dice que recortar el gasto público cuando la economía anda deprimida, deprime aún más. Esto es algo que está diciendo también la izquierda española sin Premio Nobel y sin la asesoría de FAES.