La decisión de Pablo Iglesias de abandonar la política nacional y presentarse como candidato a la Comunidad de Madrid quita presión al gobierno de Sánchez. Las discusiones eran continúas, el desgaste de ministros como Calviño o Escrivá insoportable.
Sin embargo, la llegada a la vicepresidencia segunda de la actual ministra de Trabajo manteniendo este departamento no transmite precisamente tranquilidad y sosiego al mundo económico. Es público que Yolanda Díaz es comunista de carné y su ideología impregna todo lo que toca, a pesar de su tono y "fama" de mujer dialogante. Los empresarios no están precisamente contentos con este ascenso y a pesar de haber llegado a algunos acuerdos son muchos los palos que Díaz ha puesto en sus ruedas y los que van a venir. El más importante, sin duda, la derogación parcial de la reforma laboral. Veremos qué sorpresas nos encontramos.
De lo que no hay ninguna duda es de que la irrupción de Pablo Iglesias en las elecciones madrileñas como candidato va a radicalizar aún más si cabe las posiciones tanto de la derecha como de la izquierda. Si el líder de Podemos va a acudir en solitario una vez que Errejón le ha dado calabazas, mucho va a tener que esforzarse para convencer a los madrileños de que subir los impuestos, limitar el precio de los alquileres o expropiar viviendas es lo mejor que les puede pasar.
El mensaje torticero y falso de que Madrid es un paraíso fiscal frente a la política Robin Hood de la izquierda no funciona, entre otras cosas porque al final todos los ciudadanos acaban pagando más para gastar más en políticas "sociales" que no llegan. Como hemos visto con el IMV, son una farsa propagandística y burocratizada. La izquierda y mucho más la extrema izquierda acaban generando tal grado de desconfianza que la economía se resiente, la inversión se paraliza y el empleo se desvanece. Como estamos observando en esta crisis, el dinero no llega a quien realmente lo necesita, para acabar siendo Cáritas, los bancos de alimentos, las parroquias o los vecinos los que están ayudando a los que desgraciadamente se han visto en las colas del hambre.
Si Pablo Iglesias cree que para ganar unos votos que saquen a Podemos Madrid de la irrelevancia, como señalan las encuestas, hay que incendiar Madrid se equivoca y se le puede volver en contra. Los madrileños quieren mayoritariamente mantener su libertad de elegir colegio, médico y pagar menos impuestos y si alguno tenía dudas sobre votar o no, Iglesias puede convertirse en el mejor aliado de Ayuso para ganar y holgadamente las elecciones del 4 de mayo. La economía madrileña es la que mejor ha salvado las restricciones de la pandemia, hace tiempo que superó a Cataluña en crecimiento, inversión y calidad de vida, hay libertad para los negocios. Y eso nada menos es lo que está en juego, porque ya conocemos las recetas de la izquierda y de la extrema izquierda.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/211154/diaz-otra-piedra-en-el-zapato