Coreografió algunas de las más míticas peleas a espada de la historia del cine

Coreografió algunas de las más míticas peleas a espada de la historia del cine

Emilio Galdeano
22:50 • 05 ene. 2012
Prácticamente desde los inicios del desarrollo de la horticultura en Almería no ha habido ausencia de críticas o detractores, así como abundante ignorancia, particularmente por parte aquéllos que supuestamente tenían que representar al sector o a la sociedad involucrada en una actividad que en Economía se enmarca dentro del sector primario. Quizás por ello, se ha venido también desdeñando que familias y empresas de este ámbito "primario" pudiesen ser los protagonistas de un desarrollo socio-económico ejemplar a nivel internacional. Como a veces comento con mis alumnos, este constante ignorar se deba a motivos sociológicos, o incluso relativos a la antropología económica, de concebir todo lo relacionado con la agricultura como marginal, y como esa actividad muy laboriosa y con escasa recompensa a la que se dedicaban nuestros antecesores más próximos, en un contexto nacional donde en pocas décadas hemos pasado a ser dependientes del sector terciario y de uno secundario muy intermedio. En este entorno, también es difícil asimilar socialmente que dichos emprendedores pudiesen ser representativos de un bienestar económico tan relevante, cuando tradicionalmente se les asocia con una actividad escasamente rentable y, en muchos casos, soportada gracias al apoyo público. A todo ello no ha ayudado mucho nuestra política comunitaria, la PAC, que desde su origen viene siendo la promotora de muchos sistemas agrarios subvencionados por toda Europa. Sin embargo, con una visión seguramente menos desdeñable hacia la agricultura que la mostrada por nuestros parlamentarios y representantes españoles, para los que ideas como la seguridad alimentaria nacional (esencia de protecciones frente a terceros países), suministro de alimentos a los consumidores a precios razonables o el desarrollo tecnológico (pilares de la PAC) resultan poco cercanas a su visión del sector. Lejos quedan también ideas (Paquete Delors y posteriores) sobre el reconocimiento de la agricultura como elemento esencial para el desarrollo rural y regional, y su multifuncionalidad, en temas medioambientales y socio-culturales de muchas áreas europeas. Si bien ha cambiado esta visión en los últimos años, debido a que los estrategas del desarrollo rural consideran que el desarrollo exógeno debe pasar a uno endógeno o incluso a lo que se denomina como neo-endógeno, donde la agricultura no tiene porqué ser la base del mismo, también es cierto que se ha ignorado completamente por dichos expertos ejemplos de desarrollo endógeno, competitivo sin ningún tipo de soporte, basado en la actividad agrícola como el de Almería. A esta ausencia de estudio del caso almeriense han podido contribuir: 1) intereses particulares de buscar orientaciones de la política agraria para favorecer más determinadas zonas y tipos de producción; 2) también hemos contribuido desde dentro (incluyendo el mundo académico) y fuera de nuestra provincia a que exista esta carencia en las experiencias y lecciones sobre el desarrollo, en gran medida por los comentados prejuicios sobre lo agrario y esa gran dosis de "provincianismo" que nos lleva a creer que lo de fuera siempre es mejor que lo local; 3) el debate sobre las estrategias de desarrollo, donde se vienen desechando los modelos de soporte externo (exógeno) y la búsqueda de modelos endógenos que tiendan a gobernanzas neo-endógenas donde se dirija la iniciativa local por parte de un amplio sector de la comunidad, de forma compartida con el institucional-político, en el que la innovación y los centros de investigación pasan a tener un papel importante, todo ello sin perder la perspectiva internacional, para alcanzar un reparto más equitativo del bienestar socio-económico y sostenibilidad a largo plazo. Por ello, en un reciente artículo en la prestigiosa Sociologia Ruralis, hemos puesto de manifiesto que el modelo de desarrollo agrícola almeriense no responde a tanto a clichés y modelos preconcebidos, sino que constituye un modelo singular y ejemplar donde confluyen muchos de los componentes de distintos planteamientos de desarrollo, acercándose más






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