Lo que hay en juego en Madrid

El resultado de las elecciones autonómicas en Madrid podría condicionar la duración de la legislatura a nivel del Estado. Isabel Díaz Ayuso, la presidenta popular a quien dan ganadora las encuestas pero sin mayoría para formar gobierno es la pieza clave de una operación política que va más allá de la comunidad autónoma. Para su futuro y el de su partido.

En posición pareja se encuentra Ángel Gabilondo el candidato del PSOE a quien los sondeos pronostican un buen resultado aunque también insuficiente.

Derecha e izquierda comparecen ambas necesitadas del apoyo de otras fuerzas. En el caso del PP ya miran con naturalidad a Vox --el pique de Casado con Abascal queda lejos--, pero desconfían de lo que pudiera hacer Ciudadanos en el caso de que éste partido que atraviesa horas de desguace logre obtener el 5% mínimo de votos que exige el Estatuto de Madrid para entrar en la Asamblea. La designación de Edmundo Bal como candidato podría favorecer esa meta. Pero en el PP no confían en Inés Arrimadas, rebotada como está tras el fiasco de la moción de censura que urdió en Murcia.

Quiere decirse que el cuatro de mayo el PP se juega no sólo retener el gobierno de Madrid sino bastante más, porque sí el PSOE con el apoyo de los grupos situados a su izquierda consigue recuperar esta comunidad, no habría que descartar que Pedro Sánchez decidiera un cambio de estrategia planteado un anticipo de las elecciones legislativas. Tal vez para la primavera del año que viene. Cuando ya haya cedido la pandemia por haberse completado el plan de vacunación de toda la población y porque ya habrían distribuido a dedo gran parte de los 140.000 millones de euros procedentes de las ayudas europeas.

Sánchez, de quien se comenta en círculos próximos a La Moncloa que ha sentido un gran alivio tras la anunciada salida de Pablo Iglesias del Gobierno, va a jugar a que se vayan olvidando sus tratos con Podemos y con los separatistas. ¿Para qué? Pues para hacerse perdonar por la parte del electorado socialdemócrata que dejó de votar al PSOE en las dos últimas elecciones. Es mucho más que una presidencia autonómica lo que está en juego en Madrid.