Mi querido mes de abril

El lunes fue mi cumpleaños. Pensaba que no lo iba a celebrar. Estaba tan triste y amargada que solo le pedía al mundo: no te preocupes por mí, mi cumpleaños no existe. Sin embargo conseguí celebrarlo de una manera natural, sobre la marcha, sin grandes eventos pero bien avenidos. 

Fui al mercado y compré jamón, queso, frutos secos, pan casero, tomates, aceitunas, ceveza, y lo puse todo encima de un mantel en el campo. Invité a los trabajadores que limpiaban de malas hierbas un huerto vecino y cuando acabaron su jornada intensiva empezamos la fiesta.  

Pusimos la radio y sonó Fangoria. Momentismo absoluto es el título de su nueva canción. Qué buena. Me encanta la letra. Qué más se puede pedir que vivir el momento. Carpe diem, por favor.  

Atormentada por el pasado, asustada por el futuro, no me queda otra alternativa que creer en el momento, pero qué difícil resulta afirmar “al futuro lo he dejado atrás”, “lo que será, será”.

Más tarde cantó 20 de abril Celtas Cortos y un reguero de melancolía se apropió de mí. Qué carta tan emotiva aquella de los noventa. “Hoy no queda casi nadie de los de antes y los que hay han cambiado, han cambiado, sííííí...”

Pasamos un rato agradable. Empezó a llover y me fui a la biblioteca para grabar un capítulo del libro de Marta Rodríguez “Cuando fui náufraga”, Diario de una cuarentena. Me tocó el capítulo 35: La posibilidad de una isla. Yo estaba entusiasmada con esa lectura. Se hablaba de Houellebecq, uno de mis autores favoritos, y me había leído esa novela. 

Pero lo que más me interesaba era conocer la verdadera historia de las dos hermanas que, según se rumorea, inspiraron al autor en el inicio de su última novela, Serotonia, en ese encuentro por la nacional 340, a la altura de El Alquián, en el que no quedó ninguna botella de vino por liquidar. Qué fue de aquellas miradas en las que el autor atisbó a través del deseo un resquicio de amor.

Mi querido mes de abril, mes de mi nacimiento. Mes de rosas y de azahar. Mes de experiencias inolvidables. Cuánto te amo. Mes de revoluciones e insurrecciones. Mi querido mes de abril, qué precioso eres.