Lenguaje inclusivo

Joaquín Pérez de la Blanca
07:00 • 11 may. 2021

Recibí hace unos días un “manual/guía lenguaje no sexista” del Consejo General de la Abogacía Española. Contiene muchas pinceladas dignas de mención pero por motivos de espacio me referiré sólo a algunas de ellas. El mismo dice: “El lenguaje sexista usa de forma exclusiva el genérico (en este caso el masculino) para referirse a ambos sexos, excluyendo normalmente al otro (femenino)”. Es curioso que tú misma/o (trataré de que nadie se sienta ofendida/o) refieres que usas el “genérico” porque precisamente estás incluyendo a todas/os de forma genérica, por tanto, no excluye a nadie, sino todo lo contrario porque pretende abarcar a una generalidad de personas.  


Continúa dándonos unos ejemplos de las pautas que tenemos que seguir para no ser sexistas, por ejemplo, la omisión de determinantes si éstos marcan género: Los jóvenes y los ancianos rara vez están de acuerdo (MAL) Jóvenes y ancianos rara vez están de acuerdo (BIEN). El uso de pronombres: Los que acudan a la reunión (MAL) Quienes acudan a la reunión (BIEN). Recomienda la utilización de sustantivos genéricos: persona, ciudadanía, clientela, población. Y finaliza sosteniendo que en caso de tener que utilizar dobles formas (-o/a, D/Dª), hay que alternar el orden femenino y masculino porque “el orden importa”. Es decir, debemos ser igualitarios en el número de veces que antepongo el femenino al masculino. 




Me vi decepcionado por varias cuestiones: la primera, teniendo en cuenta la gran cantidad de escritos que tenemos realizar los profesionales del derecho, como encima tengamos que estar contando las veces que alternamos el orden femenino y masculino, nos va a dar la risa. Segunda, creo que las mujeres no se han dejado la piel para esto. Y lo digo de corazón, las mujeres que han sobresalido a lo largo de la historia (y son muchas afortunadamente) JAMÁS le han dado importancia al lenguaje inclusivo, sino que se han dedicado a hacer aquello por lo que han destacado: investigar, enseñar, escribir, pintar, operar, calcular, diseñar, cuidar, etc. Tercera, el que haya algunos que pretendan justificar sus sueldos o su trabajo por pertenecer a la comisión de igualdad no significa que tengan patente de corso para imponer normas de estilo que incluso rayan la confrontación con las normas de la gramática española. Cuarta, con estas medidas renunciamos a emplear muchas palabras por corrección política y empobrecemos nuestro lenguaje.




Soy un firme defensor de la igualdad como principio básico de nuestra democracia, pero estamos alcanzando unas cotas que rozan lo hilarante, dejando que nos coma un pseudofeminismo que lejos de aportar y enriquecer resulta remilgado y regresivo. Dediquemos nuestros esfuerzos a la igualdad bien entendida y no a florear con cuestiones vacías de contenido, más aún en la situación excepcional que estamos atravesando donde nuestro trabajo debería concentrarse en problemas vitales que requieren soluciones urgentes. 




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