El ‘revanchista’ Tribunal Supremo

Antonio Casado
00:56 • 27 may. 2021 / actualizado a las 07:00 • 27 may. 2021

Acaba de confirmarse que la doctrina Sánchez sobre indultos a los condenados por el “procés” de Cataluña coloca al Tribunal Supremo -quién lo hubiera dicho-, en el bando de la Justicia “revanchista”, donde ya estaba la Fiscalía General del Estado. Tal cual, oiga.



Es lo primero que se me ocurre al conocer el informe del alto tribunal, contrario a la concesión de esa medida de gracia. Entre otras cosas, por falta de arrepentimiento. Puro sentido común: ¿Cómo puede haber concordia si no hay reparación, sino todo lo contario, a la parte ofendida, que es el conjunto de los ciudadanos y el Estado mismo?



El Tribunal Supremo, cuyo informe es preceptivo como tribunal sentenciador, se opone a cualquier forma de indulto total o parcial en este caso con argumentos muy similares a los de la Fiscalía. La conclusión es nítida: no se aprecian razones de justicia, equidad y utilidad pública que justifiquen la concesión de la medida de gracia.



También es nítida la conclusión del comentarista: el derecho de gracia puede ser el tiro de gracia a la carrera política de Pedro Sánchez si falla su intento de pasar a la historia como el pacificador de Cataluña.



Coincidiendo con la toma de posesión de Pere Aragonés, nuevo presidente de la Generalitat, en la que se ratificaba en el objetivo de una república emancipada de España, Sánchez reconfirmaba en el Congreso que la decisión sobre los condenados por la intentona secesionista de 2017 se fundará en valores constitucionales, tales como la concordia, el diálogo y la convivencia pacífica entre diferentes. De acuerdo. Siempre que no se ignoren valores constitucionales como la igualdad de todos ante la ley, el respeto al diferente o, más específicamente, el propósito de la enmienda como vía de reinserción social de un penado.



Me temo que lo segundo cuestiona lo primero, si de verdad nos inspiramos en los valores constitucionales. Y si nos atenemos al supremo valor de la convivencia entre españoles, legítimamente diversos en el ejercicio de sus libertades civiles, me temo que eso no está garantizado, más bien al revés, si al final se perpetra la decisión de indultar a los doce políticos (nueve de ellos, en prisión) que intentaron reventar el orden constitucional.



Entonces, ¿a qué juega Pedro Sánchez?



Probablemente a reactivar la tambaleante mayoría parlamentaria que le llevó a la Moncloa después de las elecciones de noviembre de 2019, con la esperanza de relanzarse políticamente, tomar esta impopular decisión lo antes posible, para alejarla de las venideras elecciones generales, superar el adverso estado de opinión creado tras las elecciones madrileñas del 4 de mayo y reinventar una derecha furiosa en modo foto de Colón que motive al desalentado votante socialista.


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