Eso que tú me das

Me encantan los días nublados, son tan diferentes. Igual que las noches de lluvia, cómo me acompañan y me envuelven esas gotas de agua en medio de la inmensidad cósmica nocturna. Y luego, al día siguiente, contenta al despertar, mirar por la ventana a la jacaranda en flor. Me encantan las jacarandas, tienen algo mágico, sobre todo las de Jerez.

Fue en esa ciudad donde me enamoré de ellas una primavera tardía, y desde entonces forman parte de mi vida. Siempre había oído decir, ten cuidado con lo que sueñas porque se cumple. Y este fin de semana vuelvo a Jerez por una cita laboral. Yo había solicitado la provincia de Cádiz, pero me citan en Jerez, y no puedo dejar de ir debido al vínculo afectivo que profeso por esta maravillosa tierra, en la que conocí por primera vez la elegancia, la cortesía y la amabilidad del alma humana. Nunca hasta entonces me había encontrado con tanta educación y salero. 

Metida en los preparativos del viaje me pilló otra cita ineludible, pero esta vez en Antas. Me llamó Ángela, una compañera del instituto y amiga, para decirme que en el museo de mi pueblo se iba a realizar una reunión informativa sobre un tema de vital importancia para toda la comarca. 

Se trata del proyecto de ejecución de una línea aérea de transporte de energía eléctrica a 400 kV, de doble circuito, de entrada y salida, de la subestación La Ribina, nombre de una zona del término municipal de Vera, donde en un principio, según el proyecto original, se ubicaría. Sin embargo, alguien, sin saber quién ni cuándo, hizo que el lugar de la subestación se trasladara a Antas, muy cerca de sus campos cultivados, parajes históricos y habitantes, y para más cachondeo manteniendo el nombre de La Ribina.

En total fuimos tres personas del pueblo a la reunión. Gracias a las que vinieron de fuera pudo haber un mínimo de entendimiento del problema que se nos avecina y del que tan ajenos vivimos; sin información ni conciencia sobre lo que debería ser la planificación y gestión democráticas de energías renovables que verdaderamente respeten el medio ambiente. 

Esa noche me hubiera gustado ver el documental de Pau Donés y haber cantado con él, “Eso que tú me das es mucho más de lo que pido”.