Esta visto que cuando hablamos de trenes en Almería la alegría nunca es completa. Esta semana hemos vuelto a ser testigos de ello con dos noticias que representan la cara y la cruz del mismo tema. Por un lado, la Intermodal volvía a recibir un tren después de más de 31 meses con Huércal de Almería como última parada o estación de salida debido a las obras del soterramiento y la supresión del paso a nivel de El Puche. El pasado miércoles, no sin retraso, hacía su entrada pasadas las dos y media de la tarde el Intercity procedente de Madrid-Chamartín. Una buena noticia, sin duda, que venía acompañada además del anuncio de Renfe de reponer a comienzos de agosto dos servicios de media distancia, incrementando así las prestaciones entre Granada y Almería, permitiendo incorporar nuevas opciones de viaje con Madrid y Sevilla.
El reverso de la moneda lo encontramos en el AVE, cuya llegada a Almería es ya un ejercicio de fe. Casi por casualidad, los almerienses nos enterábamos de que las obras del tramo Níjar-Río Andarax se encontraban paralizadas debido a “incidencias técnicas”, según aseguraba la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, dos días después de que el Partido Popular denunciara la situación. Aunque ella prefería hablar más de suspensión temporal que de paralización (¿?).
El diputado tectónico, Indalecio Gutiérrez, al que le gusta estar en todas las salsas, confirmaba, por su parte, que incidencias similares se han producido en los otros dos tramos ‘almerienses’, Pulpí-Vera y Los Arejos-Níjar, y hacía un llamamiento a la tranquilidad. Que un Gobierno, o el partido que lo sustenta (Psoe), que primero dijo que el AVE llegaría en 2023, que luego admitió que tal afirmación fue más una declaración voluntarista que otra cosa (Ábalos) y lo alargó hasta 2026, nos pida ahora calma es como para echarse a temblar.
Ante esta ceremonia de la confusión, el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, ha optado por ir al grano y solicitar una reunión urgente con la titular de Transportes para saber qué está ocurriendo realmente y qué pueden suponer las discrepancias entre el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y las empresas adjudicatarias. Al fin y al cabo el Ayuntamiento, junto con la Junta, el Ministerio, Renfe y el propio Adif, forman parte de la Sociedad Almería Alta Velocidad y lo normal entre socios leales es que si ocurren “incidencias técnicas” éstas sean comunicadas al resto y no se actúe de tapadillo.
Hemos pasado de las certezas de Íñigo de la Serna, con visitas cada tres meses a Almería para dar cuenta de los avances del AVE, a la inquietud e incertidumbre que caracteriza la gestión socialista. Como se suele decir en estos casos, habrá que esperar acontecimientos, pero negros nubarrones se ciernen sobre el AVE.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/219342/negros-nubarrones-sobre-el-ave