Sexo olímpico

 Volvemos hoy a la playa, esta vez a la de ‘los viejos’. Pili  está bajo la sombrilla y Amparo, a su lado, bajo una pamela como las de Audrey Hepburn.  Toda la vida funcionarias en la Junta y están a punto de jubilarse. La primera está leyendo El País en su móvil. 

- Pili:  Ampa, ¿qué entiendes tú por “sexualización”?  

- Amparo: Lo que no hace Rafa conmigo desde hace seis meses. 

- Pili: Dice aquí sobre Tokyo que “la selección alemana reabre la polémica por la sexualización en el deporte”. 

- Amparo: Lo he visto en la tele. Las gimnastas han cambiado esos bonitos bodis por las ingles por unos con leggins de mercadillo para tapar pierna. Como hago yo con los vestidos sin escote.  

- Pili:  Pues échate más crema y tápatelo del sol, anda. ¡Hay que joderse!, como los trajes que usaba mi bisabuela en el balneario de San Miguel. ¿Qué se han creído estas mentes sucias de hoy, que los Juegos Olímpicos se hacen cada cuatro años solo para salidos y pervertidos? 

- Amparo: Es lo que hay, Pili. Se han liado, se han liado las cabezas. Hasta han puesto camas de cartón a los deportistas para que no follen. Volvemos a los tiempos de tu bisabuela. 

- Pili: Peor, creo. Entonces era lógico porque mandaban los curas y el sexo era claramente pecado. Mira esto otro: “Los Primeros juegos trans”, por esa levantadora de pesas neozelandesa que antes era hombre y ahora compite con las mujeres.

- Amparo: Es su derecho mujer... aquí no me seas carca. 

- Pili: Pero al menos en este caso el cuerpo y la naturaleza han contado, no como con la ley de Montero. Esta deportista no ha sobrepasado un nivel determinado de testosterona.  

- Amparo: Como mi Rafa. 

- Pili: Pero Rafa no es una mujer. 

- Amparo: Eso ya pasaba en los 70, ¿te acuerdas? Todas las atletas del bloque soviético parecían cargadores del muelle. Y todo tan normal.  

- Pili: También está cuadrada Saimon Biles, la pobre no ha podido aguantar la presión.  

- Amparo: Así estoy yo...voy a reventar y la presión va a saltar a la cara de Rafa. Me despierta todos los días a media noche para ver los Juegos. Si al menos me diera una sorpresa.  

- Pili: Ya te he dicho mil veces: sa-tis-fa-yer. Mira las japonesas, ya pasan de hombres para eso. No es casualidad que los Juegos se celebren aquí, Japón va por delante del resto del planeta. Se ha disparado la soltería, los hombres  prefieren liarse con robots o mujeres digitales. 

- Amparo: Pues yo me crié en la Almedina y quiero sexo. 

- Pili: Pues empieza tú, da la salida. Aprovecha esos madrugones. Y si no se anima tu esposo pues a lo tuyo. Ayer mismo ganó un español en gimnasia, un morenillo de origen dominicano muy bonico, para comérselo.  

- Amparo: Estará contento Abascal con tanto inmigrante e hijos de inmigrantes luchando por medallas para España. 

- Pili: Joder con la política. ¿No ves? No te centras en  el sexo, el deseo... Que le den a Abascal. Debería irse como Pablo Iglesias; los dos llegaron a la política como oportunistas para encabronarlo todo. Ojalá Mohamed Katir gane medalla y se la dedique a todos los vecinos de Ceuta, también a los ‘quintacolumnistas’. 

- Amparo: Sigue con tus consejos olímpicos. 

- Pili:  Ve todo con Rafa, los del waterpolo, natación, el atletismo... no los de fondo, que parecen enfermos famélicos.  

- Amparo: No me motiva tanto ver correr. 

- Pili: Ya, ya verás que sí te motivarán. 

- Amparo: Bueno, veré lo que quieres decir. 

- Pili: Ampi, hazme caso. Estoy segura de que has visto el anuncio viejo ese que echan en la tele desde hace lustros, el del tío de Ducce Gavani que lleva los mismos slips blancos desde hace años y que se lanza al agua, con una tipa que le está esperando en la barca...

- Amparo: ¡Como para olvidarlo! Lleva años en la tele. 

- Pili: ¿No has visto otro anuncio parecido de Adolfo Rodríguez, uno nuevo en una cueva marina con otro macizorro?

- Amparo: Claro, no me lo pierdo a diario antes del tiempo. 

- Pili: Exaaaactooo, pues ese es Saúl Craviotto, el famoso piragüista español. Esta madrugada, a las 5  lo tendrás en la tele compitiendo. Y déjame seguir leyendo: “...les han servido para alzar la voz, empoderarse y convertirse en abanderadas del movimiento #nobodyshaming para acabar con la sexualización del cuerpo femenino”.