Variedad de tontos

El tonto contemporáneo vacuo es el que no recibe apenas satisfacción por sus acciones

Luis del Val
07:00 • 01 sept. 2021

La variedad de tontos contemporáneos es abrumadora. Tanto que todavía no existe una clasificación viable, porque concluyes la lista y ya han salido un par de mutaciones de tonto nuevas. Sin embargo, me llaman la atención los tontos crueles del vídeo. Me refiero a esos verdugos valientes que, entre cuatro o cinco, acorralan a un pobre chico solitario y lo golpean con saña.



Entiendo que haya torturadores que disfruten de su afición, porque hay gente para todo, pero que luego suban su hazaña a las redes, con lo cual son detenidos a los dos o tres días, es de una estupidez antológica. Es verdad que hay ladrones que salen a robar con el carnet de identidad en el bolsillo, y lo pierden en la casa donde llevan a cabo su acción, pero eso es descuido y ladrones tozoloneros, pero a ninguno se le ocurriría grabar lo que están haciendo y difundirlo por Internet.






Luego está el tonto contemporáneo vacuo, que no recibe apenas satisfacción por sus acciones, me refiero a ese imbécil que va con el clavo rayando las carrocerías de los coches. Entiendo que lo haga si tiene un taller de chapistería en la misma calle, incluso entiendo al avaricioso que mata a la anciana, aunque solo logre robarle veinte euros, porque había un plan y una acción, ¿pero disfruta el memo de rayar la carrocería de los automóviles aparcados en la calle?



Claro que, de todos los tontos contemporáneos, merece cuadro de honor el tonto nacionalista, convencido de que será más alto, más guapa, más listo y más rica, en cuanto las montañas y ríos que le circundan sean declarados independientes. Eso sí que es para quitarse el sombrero y llevar a cabo una reverencia de admiración.






Pensar que la tierra que pisas se volverá diferente al separarse políticamente, y que los cerebros de los que pisan esa tierra desarrollarán un inusitado aumento neuronal, entra dentro de las patologías más graves, semejante al tonto suicida que morirá con la bomba mortífera y se cree que despertará con huríes que le harán carantoñas y fuentes que manarán miel.



Abundio vendió el coche para comprar gasolina, pero es peor malgastar la vida -que es muy corta- en una lucha estúpida, salvo para los que cobran una sustanciosa nómina por ello.


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