La diligencia con la que Arnaldo Otegi anunció el apoyo de EH Bildu al proyecto de Presupuestos que presenta el Gobierno es muy reveladora. Al anticiparse al también seguro voto favorable del PNV ha querido colocarse en lugar preferente en el retablo de quienes estando en la periferia condicionan el curso de la vida política española aprovechándose de la debilidad parlamentaria del PSOE. Y de la falta de escrúpulos políticos de Pedro Sánchez, todo hay que decirlo.
Ante el apoyo a los Presupuestos Generales que acaba de anunciar Otegi -que equivale a decir que apoya la continuidad de Pedro Sánchez en La Moncloa-, cabe preguntarse cuál es la contrapartida de tan explícito soporte. A la vista de todos está el proceso de traslado a cárceles vascas de los presos de la banda terrorista ETA, 77 desde que se inició el proceso. Y, también, según confesó hace unos días el propio Otegi, en la expectativa de la paulatina excarcelación de los etarras que cumplen condena. A todo ello se añade ahora la expansión de la señal de la ETB (televisión vasca) hacia Navarra en horario de programación infantil en euskera.
Pero la estrategia del EH Bildu mira más lejos, hacia el futuro. Otegi aspira a la “Lehendakaritza” y, para acercarse, pretende desplazar al PNV como socio preferente del PSOE en el País Vasco. Y tal parece como que a Pedro Sánchez no le disgusta la idea. Anoto esta conjetura o proyección al hilo del discurso del flamante secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, en el que se declara partidario de “abrir una nueva etapa para ensanchar el espacio de la izquierda útil”. En ese marco cobra sentido el apoyo de Otegi a los Presupuestos y la disposición de Pedro Sánchez para mantenerse en el poder a cualquier precio. Por eso no rechaza el infamante apoyo de EH Bildu.
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