Cuando Almudena Grandes estuvo en Almería

Reivindicó la independencia de la literatura frente a la imposición lingüística

Miguel Ángel Blanco
00:32 • 15 dic. 2021 / actualizado a las 07:00 • 15 dic. 2021

El valor de las palabras y los libros de Almudena Grandes (Madrid, 1960-2021) estuvieron presentes en Almería en 1994. La escritora pronunció el Pregón de la Feria del Libro y desveló entonces las razones esenciales de su compromiso y el sentido de sus novelas que han proyectado recientemente la gran resonancia de su literatura tras su fallecimiento. La escritora nunca se rindió. Su discurso en la Feria del Libro de Almería fue oportuno, al reivindicar la independencia de la literatura frente a la imposición lingüística. Y fue irónica, “el enigma de un país donde se editan miles de libros que a nadie interesan”. Pero a la par destacó que “la literatura fue fabricada con el tejido de la propia vida”.



Rasgos de la personalidad de la novelista recorrieron la vida cultural de Almería, tanto con su pregón como en la entrevista que sostuvo con este periodista, donde defendió el sentido fantástico de las novelas y su actitud firme ante la realidad. “Mis novelas son ajustes de cuentas, más que venganzas. Son temas que me han atormentado en mi vida. Todo viene de mi vida. Malena gustó mucho a las mujeres, por algo será. Las mujeres todavía no hemos escrito la historia, ni siquiera el feminismo. El Siglo Veinte pasará a la historia como el Siglo de la Mujer, del movimiento feminista, pero tal como se entiende hoy el movimiento feminista creo que esta más bien caducado”.



Almudena esgrime su conciencia madrileña, mujer de barrio (Chamberí). “Soy una escritora muy apegada al suelo, a mi ciudad, a mis amigos, a mi paisaje. Madrid es mi ciudad, mis influencias están ahí, es el paisaje de mi vida. Madrid me ha construido”. En sus primeras lecturas están La Odisea, a los ocho años; La isla del Tesoro “es una obra maestra”. Y los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín.



Almudena Grandes fue la mayor de cinco hermanos, “pasé malamente por el colegio de monjas, de los Sagrados Corazones de la calle Fuencarral, no tenía amigas y la gordura me marcó toda mi infancia, jugaba mucho sola”. 



Muy crítica con el descrédito oficial de las Humanidades, “lo que le faltaba a la enseñanza en este país es el arrinconamiento que se ha hecho de las Humanidades. El Latín es fenomenal para enseñar a pensar, tanto como las Matemáticas”. 



Aunque Almudena quería estudiar Filología Clásica, se matriculó en Historia y se licenció en Prehistoria, con la especialidad del Paleolítico Inferior, “mi idea era la Arqueología”. Así fueron surgiendo sus nuevos pasos y caminos, “la Universidad me hizo mayor”. 



Mira con cierto recelo su proyección de escritora famosa, reconocida, “se ha roto la tranquilidad y al principio me dio una inseguridad tremenda. El triunfo se convirtió en una maldición para mí, pero vivo en el mismo mundo de siempre”.



El paso del tiempo fue conduciendo a Almudena hacia el encuentro con decepciones. “Desencantada por todo el mundo, me preocupa mucho la proliferación de los radicalismos, la desmemoria de la gente, la confusión ideológica que existe en este país”.


El encuentro de la narrativa de Almudena con el Cine también ha marcado su conciencia de autora, pero puntualiza que “Cine y Literatura son dos lenguajes diferenciados”. Y confiesa que la versión al cine de Las edades de Lulú “no me gustó nada”. Por eso, cuando se programó llevar al cine Malena es un nombre de Tango, un proyecto del cineasta y productor Gerardo Herrero, “no intervine para nada, la novela es mía pero la película es del director, lo tengo muy claro, no pienso intervenir en el guion ni mucho menos, sé que las versiones al cine son difíciles”. 


Y defiende con firmeza su convicción de autora de sus novelas, “sólo yo conozco la historia de mis libros y los rostros de cada uno de mis personajes”.



Temas relacionados

para ti

en destaque