Kayros
21:57 • 17 feb. 2012
No sabíamos que el miedo fuese una teoría socioeconómica. Los efectos terroríficos de la crisis están descubriendo saberes ocultos hasta ahora. Antes se decía en medios electoralistas que había que votar izquierda porque venía la derechona. La derechona por supuesto se defendía acudiendo a la barbarie extranjera, al fin del mundo o a lo que fuese con tal de derribar a los indeseables del socialismo hampón y gandulazo. No nos dimos cuenta de que la ley laboral que llevaba en su cerebro de Guindos parte de un gaseoso miedo al despido como aliciente psicológico para que este país comience a crecer.
Por algo el PP no teme la huelga general ni la extremada agresividad de su política de recortes. Rajoy adivina que su ley podría poner en pie de guerra a los obreros, pero qué significa este contradiós en relación con los beneficios que aportará un despido casi libre. Se acabaron los sindicatos. Se acabó la eterna lucha entre el capital y el trabajo. Hay que volver a la esclavitud del látigo que es la que levantó las pirámides de Egipto, tan visitadas hoy por el turismo vacacional. Los unos porque no tienen trabajo y necesitan hacer lo que sea para merecerlo y los otros porque temen perderlo aunque tengan que tragar carros y carretas, esto no conduce más que a apuntarse al PP como última salvación. Díganme qué tipo de sociedad será esta donde en vez de avanzar retrocedemos. Es el miedo lo que tiene calladitos y bajo la mesa a muchos intelectuales que antes se desgañitaban defendiendo el matrimonio homosexual, las condiciones del aborto legal y las atrocidades fascistas de la memoria histórica. Es el miedo el padre nutricio de todas las corrupciones y cobardías. Este país se quedó sin arrestos desde que por miedo a un golpe de Estado la izquierda se bajó los pantalones.
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