En junio de 2018, Mariano Rajoy dejó la Presidencia del Gobierno como consecuencia de la moción de censura que registramos los socialistas tras conocerse la sentencia del Caso Gürtel y la trama de corrupción de la que se benefició el Partido Popular. Rajoy ponía fin, de esa manera, a casi ocho años en el poder que fueron desoladores para Almería en todos los ámbitos, pero fundamentalmente en lo económico y en lo social.
Hemos hablado muchas veces del tapiado de los túneles de Sorbas como uno de los iconos del desprecio que soportó la provincia, pero conviene no olvidar que aquellos también fueron los años más secos que hemos sufrido. Y no porque no lloviera, que llovió –y de qué manera, nueve meses después de que Rajoy llegara a la Moncloa–, sino porque las riadas de 2012 se llevaron por delante la desaladora de Cuevas y no hubo forma de que aquel Gobierno del PP, por pura incompetencia, la pusiera de nuevo a dar agua, y mira que nos hacía falta.
A algunos se les ha hecho la boca agua hablando de agua durante muchos años, sin embargo ninguno se ha mojado como lo ha hecho Pedro Sánchez a la hora de aprobar medidas para aumentar los recursos hídricos de los que disponemos o mejorar la eficiencia de los regadíos. En este sentido, la reciente adjudicación de las obras de protección frente a futuras avenidas de las instalaciones de la desaladora de Cuevas es un claro ejemplo y un paso fundamental con el que iniciar su reparación –para lo que cuenta con una inversión de 20 millones de euros– y abordar también su ampliación.
Esta desaladora forma parte de un paquete de actuaciones que nos permitirá disponer en los próximos años de 50 hectómetros cúbicos más de agua mediante la ampliación de las desaladoras de Balerma y Carboneras o a través de los recursos adicionales que proporcionarán los trabajos de mejora previstos en las depuradoras de Adra, Roquetas y El Ejido.
Al desbloqueo de todas estas actuaciones hay que añadir los convenios firmados a lo largo y ancho de toda la provincia para modernizar regadíos con cargo al Plan de Recuperación, que supondrán una inversión de 90 millones de euros para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad.
El agua es uno de los recursos más escasos en nuestra provincia, pero durante muchos años el PP miró para otro lado. Afortunadamente, eso ya es agua pasada. Convendría, en todo caso, que el Gobierno de Moreno Bonilla hiciera también su trabajo como es debido para que afloraran las extracciones de aguas subterráneas que se realizan supuestamente sin concesión ni autorización administrativa. Ahí también hay faena.
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