Este 8M, Día Internacional de las Mujeres, CCOO subraya la importancia de los planes y las medidas de igualdad como herramientas para llevar el feminismo a los centros de trabajo, donde las situaciones de discriminación laboral de las mujeres respecto de los hombres siguen siendo una realidad. En CCOO llevamos en nuestro ADN fundacional el compromiso con la defensa de la igualdad real y efectiva, y la lucha ante cualquier forma de discriminación y en contra de todas las violencias machistas. Una sociedad mejor, más justa, pasa por llevar el feminismo a las empresas, por el sindicalismo feminista de CCOO.
Todos los días, CCOO trabaja defendiendo la igualdad real y luchando con y por las mujeres en la reivindicación de sus derechos, desde un feminismo sindical. Tras el enorme éxito de las protestas feministas en las calles en los últimos años, de una revolución feminista que no cesa y que ha situado los problemas que afectan a la igualdad en el centro del debate público, creemos que el ámbito laboral también es un espacio al que llevar la energía reivindicativa el 8 de marzo. Ya que, aunque la acción sindical se despliegue siempre, el 8M no es un día cualquiera, y los derechos de las mujeres no se paran a la puerta de las fábricas, administraciones y/o oficinas. Para introducir la igualdad se ha contado siempre con la negociación, los convenios y acuerdos, pero desde 2007 la negociación se ha incrementado con las medidas y planes de igualdad. Se ha abierto una nueva competencia sindical y ha sido la de lograr negociar y aplicar medidas de igualdad en todas las pequeñas empresas y planes de igualdad en las Administraciones Públicas y grandes empresas.
De este modo, el sindicalismo de clase se ha convertido en el principal agente de igualdad en las empresas. Conseguir negociar, implementar y evaluar estos planes de igualdad se ha convertido en una herramienta sindical de primer orden para modificar la histórica discriminación laboral que vienen sufriendo las mujeres. Los planes de igualdad son un conjunto ordenado de medidas evaluables dirigidas a remover los obstáculos que impiden o dificultan la igualdad efectiva de mujeres y hombres en los centros de trabajo, empresas y Administraciones Públicas.
Una vez realizado el diagnóstico, “una fotografía” lo más descriptiva, real y detallada posible de las condiciones laborales que tienen los hombres y las mujeres en la empresa, se pasa a la negociación de medidas sobre cada una de estas materias. Los planes de igualdad no terminan una vez que se han firmado, sino que en realidad acaban de comenzar. Es a partir de ese momento cuando se han de poner en marcha las medidas acordadas y se ha de evaluar su resultado. Lograr que los derechos conseguidos pasen del papel a hacerse realidad es una labor de la que se ocupa la representación legal de las personas trabajadoras. Además, tan importante como realizar un buen diagnóstico, es el correcto seguimiento posterior. Por lo que no deben acordarse planes de igualdad sin indicadores de las medidas negociadas y al menos, se ha de realizar una evaluación intermedia y otra al final de la vigencia del plan por parte de la Comisión de Seguimiento, que debe quedar acordada en el propio plan.
Este feminismo sindical que se suma al resto de feminismos este 8M, se presenta con perfil propio para desarrollar su activismo sindical en los centros de trabajo. La fuerza organizada de un sindicato feminista y de clase como CCOO nos llena de orgullo al poder activar el debate sobre las discriminaciones que las mujeres sufren en sus centros, demandar un plan de igualdad allí donde no lo hay, sentirnos orgullosas donde lo hemos negociado e implantado, y denunciar la falta de cumplimiento si se ha negociado y no se cumple. Pero también de orgullo al compartir el funcionamiento y los derechos que se han logrado en las empresas. Visibilizar, compartir y debatir en nuestros centros de trabajo el 8M, es una apuesta apasionante que, como sindicalistas, va a ayudar a transformar nuestros entornos laborales y que debe hacernos sentir muy orgullosas. Porque juntas somos más fuertes, hemos pasado de las palabras a los hechos, para la igualdad.
Para lograr este horizonte prometedor, en CCOO tenemos dos objetivos claros: acabar con la brecha salarial y exigir políticas de cuidados efectivas. Y contamos con herramientas clave, la reforma laboral, que afronta la temporalidad y refuerza los convenios, y los planes de igualdad en las empresas, junto con las subidas del salario del salario mínimo interprofesional (SMI) y el salario mínimo de convenio. Porque los derechos no pueden quedarse a las puertas de los centros de trabajo y las fábricas. Una sociedad mejor, más justa, pasa por llevar el feminismo a las empresas, por el sindicalismo feminista de CCOO.
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