El ‘paseíllo’ de Urdangarín

El ‘paseíllo’ de Urdangarín

Fermín Bocos
23:39 • 24 feb. 2012
Nuestra Constitución dice que todos somos iguales ante la ley; lo que no aclara, en realidad lo deja a la interpretación por parte de los jueces, son las circunstancias de cada caso, es por qué unos son mucho más iguales que otros. Digo esto a cuenta de la mucha agua mediática que desplaza el caso del ciudadano Iñaki Urdangarin, yerno de Su Majestad el Rey, y, a la sazón, centro de todas la miradas en razón de su condición de investigado en el sumario abierto por un juzgado de Palma de Mallorca que se ha hecho cargo de la madeja de presuntas malversaciones de fondos públicos durante la etapa de la presidencia de Jaume Matas.
Vista la expectación que despierta el caso -una mezcla de morbo político y cotilleo social-, es muy probable que la llegada del Duque de Palma a los juzgados sea el trayecto más asaeteado este año por fotógrafos y camarógrafos de televisión. Lo que se conoce en el argot profesional como el “paseíllo” y que ha pasado al decir popular como la “pena de telediario”. Sobre este asunto no hay unanimidad ni entre la Prensa, ni en la opinión pública. Hay quien cree que ese plus de escarnio está justificado porque permite visualizar el mandato igualitario al que me refería al citar la Constitución. Para otros, entre los que me cuento, es una humillación innecesaria.
Por los datos publicados acerca de las andanzas financieras de Iñaki Urdangarin, estamos ante un caso de actuación presuntamente delictiva y particularmente reprobable por parte de quien, dada su condición de miembro de la familia del Rey, estaba obligado a mantener una conducta ejemplar. Pese a todo y como a todos, mientras el juez no sentencie lo contrario, le asiste la presunción de inocencia. Respetar este principio -tan citado, pero tan pisoteado-, desde un punto de vista social, haría inapelable la sentencia. Sea cual sea su signo.






Temas relacionados

para ti

en destaque