Volvemos a vivirlo. Si las ONG y el resto de Entidades sin ánimo de lucro han sido clave durante la pandemia, ahora, con la crisis humanitaria de Ucrania nos lo vuelven a demostrar. De hecho, es solo a través de las acreditadas por el Gobierno de España como realmente debemos desplegar nuestra solidaridad de una manera fiable y real. Ahora toca aplaudirles, pero con aplausos en forma de más financiación y más recursos por parte de las Administraciones Públicas.
La pena es que el Gobierno Andaluz no opina lo mismo. Ya vimos sus intenciones cuando presentaba ante el Parlamento, un proyecto de presupuestos que dejaba mucho que desear. El Partido Popular incumplía así la Agenda 2030 y actuaba en plena contradicción con lo que especifica nuestro Estatuto de Autonomía, que recoge como objetivo el impulso de la Cooperación Internacional para contribuir al desarrollo solidario de los pueblos.
No contento con ello, Moreno Bonilla ha venido incumpliendo también su propio Plan de Cooperación para el Desarrollo (PACODE 2020-2023), en el que se recoge que el presupuesto a la Cooperación Internacional aumente al menos proporcionalmente a lo que lo haga el presupuesto de la JA.
El desmantelamiento de la cooperación en Andalucía es una realidad. La dotación presupuestaria al Desarrollo se ha venido reduciendo de forma constante, pasando del 0,14% del total del presupuesto en 2018 al 0,09% en las actuales previsiones de gasto. Supone un recorte presupuestario del 60%.
Esta falta de “aplausos” a la gestión de estas entidades por parte del Gobierno Andaluz ha dejado en el aire proyectos de vital importancia, reduciendo así la inversión, que pasa de 20 millones de euros a unos 14 millones. Algo que ha dado lugar hasta que el propio Defensor del Pueblo Andaluz anunciara que la complicada situación de la Cooperación al Desarrollo en Andalucía se incluirá en el Informe Anual.
La nefasta gestión del ejecutivo andaluz se engloba en medio de una pandemia donde se ha demostrado la necesidad de respuestas solidarias y globales para paliar las consecuencias en las poblaciones más vulnerables. Además, por si esto no fuera poco, ahora se suma la grave crisis mundial humanitaria por la guerra en Ucrania.
Los sectores que trabajan por los Derechos Humanos, la igualdad, la convivencia y la paz, merecen más aplausos que nunca, pero sobre todo aplausos en forma de recursos y apoyo Institucional, y no de recortes como está haciendo Moreno Bonilla.
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