Solidaridad y Guerras

La Solidaridad, así sin mirar más lejos, siempre es positiva, digna de admirar y por supuesto de trabajar por ella. Sin embargo, la solidaridad, muchas veces no depende de uno mismo, se nos escapa de las manos y va más allá de donde podemos llegar o controlar.

Actualmente, existen guerras en Etiopía, Yemen, entre otros, también en Israel y Palestina, Haiti, Siria, Somalia, Kenia y Mali, Uganda, El Congo y Nigeria, y tantos otros lugares mas, desgraciadamente.

Y por último, nos encontramos con la guerra de Ucrania, dicen que se ha despertado mayor solidaridad porque está más cerca de nosotros, a la puerta de nuestro continente, si bien es cierto que es frontera con Europa, no es cierto que este más próximo que otros países que están en conflicto en el continente africano, como por ejemplo Malí.

Bien sea por los medios de comunicación, o por el eco de sus llamadas, en el caso de la guerra de ocupación de Ucrania a manos de Rusia, ha movilizado de forma inaudita a la población española. La solidaridad para ser realmente efectiva, deber ser canalizada por organizaciones que de forma coordinada e internacional, trabajan en la zona desde hace años, como Acnur, Unicef, Cáritas,... estas, conocen la realidad y el terreno, así como las necesidades mas perentorias y como hacer frente a las mismas de forma rápida y efectiva. En este sentido, personas que se dejan llevar solo por el corazón, actúan de forma precipitada, dándose casos realmente preocupantes y faltos de sensatez. Valga como ejemplo, una persona individual se fue a la frontera de Polonia y trajo a un grupo de Ucranianos y se plantó con ellos en la puerta de una ONG a “dejárselos”, sin saber, que para ello deben de existir convenios, previamente establecidos entre estas y el gobierno, que además facilitara después su integración y acceso a todos sus derechos.

Se pueden dar paradojas, como un camión de agua que parte de Almería y cuesta 9000 €, mientras que mandando ese dinero a la zona, las organizaciones allí existente pueden comprar en su entorno nueve camiones y además incluso sirve para invertir en la economía de aquella zona, donde más hace falta. También sucede que se envían alimentos o productos, que aun siendo necesarios, crea una cantidad exagerada de determinado producto, mientras que de otros faltan, y además propicia problemas de almacenamiento al no tener lugares donde albergarlos, esto ocurre tanto aquí en Almería, como en Ucrania y sus fronteras. La buena voluntad de las personas hace que cada familia compre lo que estima conveniente y lo lleve a donde piensa que debe llevarlo, y ni son los productos que más falta hacen, ni hay espacio de almacenamiento o se lleva a lugares donde no lo han pedido ni tienen opción de distribuirlo.

Por eso, estas organizaciones y los ciudadanos ucranianos en nuestro país, piden que antes de realizar algún de estas iniciativas, se dirijan a ellas y les consulten cual es la forma más útil de colaborar. Ya vienen algunos días diciendo, que la forma más eficaz es hacer las donaciones de forma económica y así estas asociaciones verán si la forma mas practica es comprar tal o cual producto, o comprarlo aquí o en el entorno más cercano. Colaborar es necesario, ser solidarios nos dignifica como personas y nos hace mas humanos, pero debemos tener una amplitud de miras más objetiva y mas consciente y descubrir que desgraciadamente, son muchos los países en conflicto, en guerra, con hambre y con miseria, y que es muy necesaria nuestra solidaridad y conducirla a través de estas organizaciones que tratan de paliar todas estas situaciones, no ahora, sino cada día del año y en diferentes países de nuestro planeta.

Necesitamos abrir nuestra mente e ir más allá de las redes sociales, incluso descubrir que hay organizaciones que hacen menos ruido, que están menos en el candelero pero que tal vez trabajan de forma más real y concienzuda que otras que invierten en mucha publicidad de cualquier tipo.