Cada día, en la capital de Almería circulan 94.000 turismos, 254 taxis y 1.233 vehículos de mercancías, cifras en absoluto desdeñables para una ciudad de 200.000 habitantes. Los atascos de tráfico que a diario sufren los almerienses son consecuencia de una mala planificación urbana y del incumplimiento reiterado por los sucesivos alcaldes del PP en la puesta en marcha del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que desde 2015 debería estar plenamente implantado.
Ahora, aprovechando los Fondos Europeos para salir de la crisis generada por el COVID, fondos que tanto costó conseguir al Gobierno de España y que el propio alcalde de Almería puso en cuestión en Bruselas, el equipo de gobierno del Partido Popular ha anunciado la puesta en marcha de una estrategia de movilidad, dotada con más de cinco millones de euros con la que pretende gestionar de forma inteligente y sostenible del tráfico y la movilidad.
Después de años aguantando atascos y reclamando una gestión eficaz de la movilidad en la ciudad, resulta inevitable recordar aquella Ciudad Digital de El Toyo que también un alcalde del PP nos vendió a bombo y platillo como un proyecto revulsivo, que no sólo iba a solucionar nuestros problemas de tráfico, sino que, además, nos iba a poner a la cabeza de la administración electrónica.
Aquel proyecto, pensado con urgencia de cara a los Juegos del Mediterráneo de 2005, adjudicado sin concurso público para 20 años y un canon de 27,1 millones de euros, acabó en una sentencia en contra del Ayuntamiento de Almería, la primera de las incontables sentencias contra la gestión del PP, que ya nos han costado a los almerienses la friolera de más 70 millones de euros. A día de hoy, la Ciudad Digital sigue siendo un edificio prácticamente abandonado, donde el PP ha enterrado mucho dinero público, que jamás dio el servicio para el que estaba destinado: ordenar el tráfico de la ciudad mediante la digitalización de los semáforos y todo el sistema de tráfico.
Por eso, cuando oímos al alcalde hablar de la ‘Smart Mobility’ nos preguntamos si será la última de las promesas incumplidas del Partido Popular que vendrá a confirmar lo que desde el PSOE venimos denunciando: que el PP no tiene un proyecto definido para el futuro de la ciudad, sino que actúa en base a ocurrencias y proyectos aislados que solo buscan salvar la situación de emergencia o como mucho ganar titulares.
La realidad es que el tráfico en la ciudad es caótico por la única y exclusiva responsabilidad del equipo de gobierno, que se ha mostrado incapaz de crear una red de transporte público eficaz, no ha reordenado ninguna de las grandes arterias de la ciudad, ni ha puesto soluciones para un tráfico fluido. Solo ocurrencias, como el “carril saludable” del Paseo. A todo ello se le suma la cantidad de obras urbanas sin planificación que está ocasionando malestar entre conductores y peatones.
No es posible una ciudad sostenible si no se orienta hacia la reducción del uso del vehículo privado y el fomento del uso del transporte público y la bicicleta. Desde el PSOE apostamos por un modelo de ciudad sostenible con una flota bien dimensionada, por reorganizar y reforzar la red de transporte público, dotándolo de intercambiadores y lanzaderas en puntos estratégicos de la ciudad, evitar recorridos excesivamente largos y sectorizar las zonas del término municipal. Todo ello acompañado por un estudio de la demanda de plazas de aparcamiento según zona y actividad que dé prioridad a aparcamientos para los mercados de abastos y mercadillos, que sirvan de conexión con las paradas de autobús.
El alcalde llega tarde para poner en marcha bolsas de aparcamiento disuasorios en las entradas de la ciudad desde las que salgan autobuses lanzadera y para remontar su fracaso en la aplicación de un sistema de alquiler de bicicletas que lleva años guardado en un cajón, asignatura pendiente en una ciudad como la nuestra, con un clima extraordinario. En Almería hay que seguir invirtiendo, y con más ahínco, en la ejecución de itinerarios peatonales y corredores verdes, con la mejora de las aceras y los espacios públicos, para favorecer los desplazamientos caminando; hay que rediseñar las líneas de autobuses, para hacerlas realmente útiles para los usuarios e implantar líneas circulares para hacer más permeable el servicio.
Hay mucho que hacer aún en la regulación del tráfico y en la movilidad sostenible en nuestra ciudad, una tarea en la que el Partido Popular ha fracasado estrepitosamente tras 20 años de medidas inútiles. Frente a un alcalde ausente de los problemas de la ciudad, los almerienses pueden encontrar en los socialistas la alternativa para hacer de Almería un lugar del que sentirse orgullosos.
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