Con las elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina, Moreno Bonilla se ha quitado el traje del Partido Popular y se ha disfrazado de ‘gestor’. Para no tener que hablar del abrazo del oso que se dio con Vox para llegar al poder ni de otras cosas incómodas, el presidente andaluz se ha colocado la corbata y la chaqueta y ha empezado a presumir de que tiene muchos millones de euros en el cajón: exactamente, 1.400 millones de euros de superávit. Ahí es nada.
Si Andalucía fuera una empresa, los jefes de Moreno Bonilla organizarían una celebración a la altura de la de la UD Almería, pero ocurre que Andalucía es otra cosa: es un territorio con 8,5 millones de ciudadanos y ciudadanas que tienen derechos, necesidades y aspiraciones, a los que hay que dar respuesta. Y ahí reside el problema.
Moreno Bonilla no ha dado respuesta a nada. No ha gestionado bien la economía, ni la sanidad, ni la educación, ni la dependencia. Ningún servicio público se libra de los recortes, realizados en unos años en los que Andalucía ha recibido más recursos que nunca para su financiación, gracias a la sensibilidad y la voluntad del Gobierno de Pedro Sánchez.
A Moreno Bonilla –Juanma ‘el mal gestor’– las listas de espera sanitarias se le han ido de las manos. Su gobierno va a terminar la legislatura con el triste récord de tener a 12.500 pacientes almerienses esperando para ser operados, 3.500 de ellos sufriendo una demora de más de un año. Además, otros 73.000 están a la espera de poder ser vistos por un médico especialista.
En materia de dependencia, la gestión de de Moreno Bonilla ha dejado en la provincia de Almería una lista de espera de 8.000 almerienses, que tienen que aguardar casi 700 días para poder acceder a la prestación a la que tienen derecho. Setecientos días, casi dos años, que son inaceptables cuando se trata de atender a personas que –no lo olvidemos– tienen graves problemas de autonomía personal. Todo esto ha sucedido, además, en unos años en los que Andalucía ha obtenido 250 millones de euros extras para financiar la dependencia.
Hay que tener la cara muy dura para presumir de gestión cuando las cifras son estas. Sacar pecho de que a final de año han sobrado 1.400 millones de euros, cuando el motivo es que no se está atendiendo a la ciudadanía adecuadamente, resulta indecente. Les animo a hacer un ‘morenobonilla’ en casa, a ver qué ocurre. Basta con decirle a la familia: el próximo mes no comeremos, no nos vestiremos y no pagaremos los recibos, pero que esté contento todo el mundo, porque llegaremos al día 31 con el sueldo intacto en la cuenta corriente. A ver qué les dicen.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/238955/el-mal-gestor