Las medidas de ahorro y eficiencia energética aprobadas por el Gobierno han generado numerosas reacciones por parte de los sectores más afectados, hostelería o comercio, que son perfectamente comprensibles, y más aún con la ola de calor que venimos sufriendo desde julio. Pero no lo es tanto el ruido auspiciado por parte de los representaantes del Partido Popular que actúan siguiendo el refrán de a río revuelto ganancia de pescadores, es decir, intentando sacar provecho político de cualquier situación.
En primer lugar porque fue su propio presidente nacional el que antes de la aprobación de la normativa pidió al Gobierno medidas de ahorro energético parecidas a las que contiene el Decreto y, una vez aprobado, sin leer el contenido en profundidad, los cuadros políticos del PP se lanzan en tromba a criticarlo y manipularlo, diciendo barbaridades como que las ciudades se van a apagar.
En segundo lugar, porque el principal partido de la oposición está actuando con una llamativa irresponsabilidad ante la situación que estamos atravesando en toda Europa por la guerra de Putin y por las consecuencias del cambio climático que todos ya percibimos.
Ante el más que probable riesgo de corte de suministro de gas a partir del otoño en Europa, la Unión Europea aprueba recortar un 15 por ciento el consumo de gas entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, porcentaje que, en el caso de España y Portugal, gracias a la denominada “excepción Ibérica” conseguida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es del 7 por ciento. En España estamos en una mejor posición que el resto de los países europeos, pero esto no nos libra de la responsabilidad de gestionar de la manera más eficiente posible los recursos energéticos de que disponemos.
El Gobierno presenta un plan de ahorro energético ante la situación excepcional que estamos atravesando y el PP, en lugar de arrimar el hombro, comienza a sembrar dudas y trasladar mensajes irresponsables a la ciudadanía.
Ha sido el caso de la alcaldesa en funciones, María Vázquez, que parece querer seguir la estela de su antecesor y ya hace méritos para seguir ascendiendo a otras alturas institucionales.
Hace unos días hemos leído como afirmaba que el decreto del Gobierno había causado una “incertidumbre horrorosa” a la administración local y al sector servicios, criticaba al Gobierno por haber aprobado una normativa sin consultar a todas las partes e insistía en su preocupación por cómo las medidas de ahorro energético podían afectar en bares, restaurantes y cafeterías.
La alcaldesa en funciones estaría legitimada para expresar su preocupación y estar al lado de los empresarios del sector servicios si las competencias municipales que también afectan a ese sector estuvieran satisfechas pero, desde nuestro punto de vista, cuando no te reúnes con los comerciantes del Mercado Central para comunicarles cambios tan importantes como ampliar el horario del mercado hasta la noche, no estas habilitado para criticar por ese mismo motivo a otras administraciones, y cuando en la ciudad que gobiernas tienes a los comercios y bares del centro lamentándose porque “el centro está muerto”, utilizando las palabras del presidente de Almería Centro, quizá sería más oportuno poner todas las energías en dar respuesta a esas quejas que erigirse en su portavoz ante el Gobierno, cuando su partido tiene otros representantes para que hagan esa labor.
Confío sinceramente en que no se reproduzcan en la nueva alcaldesa las actitudes partidistas de su antecesor y que actúe con lealtad institucional, en especial con el Gobierno de España porque con la Junta nos consta que ya lo hace.
Nos encontramos ante una situación excepcional y extremadamente delicada, que requiere del trabajo de todos unidos, sin posturas partidistas. Estamos en el momento de la solidaridad.
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