¿Conquistarán los almerienses Sevilla?

El triángulo formado por Carmen Crespo, Ramón Fernandez y Javier Aureliano ha funcionado

Ramón Fernández-Pacheco y Carmen Crespo, los dos consejeros andaluces de Almería.
Ramón Fernández-Pacheco y Carmen Crespo, los dos consejeros andaluces de Almería. Simón Ruiz
Pedro Manuel de La Cruz
20:14 • 10 sept. 2022

 A la presencia de Carmen Crespo y Ramón Fernandez Pacheco en la mesa del Consejo de Gobierno andaluz le han seguido otros nombramientos de menor relevancia, pero no de importancia menor. La gerencia del SAS o la de Universidades no son espacios de funcionalidad burocrática. Al contrario. Son centros de decisión que tienen una proyección inmediata y decisiva en las condiciones de vida de los ciudadanos como la salud o la educación. Los próximos cuatro años recogerán las decisiones que Diego Vargas o Ramón Herrera adoptarán desde su posición para mejorar la calidad asistencial y la excelencia académica en la provincia. Dejemos pasar el tiempo a ver que nos trae  



Lo que nadie puede negar es que el quién ocupa una posición en la estructura de poder, de cualquier estructura de poder, no es indiferente ni del qué ni del cuándo llegan esas mejoras al territorio del que partieron para llegar a esa posición en la geografía del Poder. 



El triángulo formado por Carmen Crespo, Ramón Fernandez y Javier Aureliano ha funcionado. Por eso, con los últimos nombramientos del pasado martes, la presencia de almerienses en Sevilla está configurada por dos consejeros, un viceconsejero, la gerencia del SAS, cuatro secretarios generales, tres directores generales y dos secretarios generales técnicos. No es mala cosecha en una tierra donde nunca se cultivó la presencia de políticos que fueran mas allá de Sevilla, Cádiz o Jaén. Esa es la realidad. Esos son los datos y detrás de ellos están los nombres de hombres y mujeres que, habiendo nacido o sentirse de esta tierra tienen como obligación gestionar los intereses compartidos de más de ocho millones de andaluces. ¿Cómo lo harán? La respuesta está en el tiempo. 



Un tiempo que sí les ha bastado para conocer las carencias y posibilidades de la provincia desde la que llegan al poder regional. Demandas como el agua o la continuidad en la modernización de nuestros principales sectores productivos; la mejora de las prestaciones sanitarias (todavía estamos lejos de Granada o Málaga); las políticas de vivienda que acaben con guetos, o la conversión de la provincia en un laboratorio para la investigación de la economía sostenible y las energías verdes son campos en los que la presencia de esos almerienses debe distinguirse por una sensibilidad a la que están obligados. 



Ya sé, ya sé que se gobierna para toda Andalucía. Pero también sabemos que el AVE llegó a Sevilla cuando gobernaba Felipe, a Valladolid cuando el presidente era Aznar y a Galicia cuando Rajoy ocupaba la Moncloa. O que Jaén nunca recibió mas apoyos que cuando Zarrias era el gran componedor.  



Creer que un político, cualquier político de cualquier partido, se abstrae de su lugar de procedencia a la hora de tomar decisiones es instalarse en una candidez conmovedora. Los sevillanos lo saben bien. Por eso les inquietó tanto- incluso a algunos de su propio partido- la llegada de Juanma Moreno a la presidencia de la Junta. Desde la llegada del malagueño a San Telmo no se ha producido ninguna rebelión de los periféricos, pero algunas provincias de ultramar comenzaron a tomar y tener más peso en la mesa donde se decide qué se hace, dónde se hace y cuándo se hace. Para quien tenga algún espacio para la duda: ¿Alguien cree que si no hubiera estado Paqui Antón en la gerencia del SAS el Materno Infantil no hubiera continuado en el espacio volátil de la quimera? Porque fue la llegada de esta médico socialista almerienses a la sala de mandos del SAS la que activó un proceso. O, recorriendo ahora el camino de las autovías inconclusas, ¿Quién cree que si Almería hubiese tenido poder en la consejería de Fomento no estaríamos circulando hace años por la totalidad de la autovía del Almanzora en vez de llevar décadas de retraso? Y, para cerrar este viaje a la memoria, ¿alguien en su sano juicio puede negar que fue la presencia de Jesús Miranda Hita en el equipo del ministro José Blanco la que posibilitó que los dos grandes túneles del barranco del Tesoro aseguraran la llegada de la Alta velocidad a Almeria? 



Cantaba Serrat que no es amarga la verdad, lo que no tiene es remedio. La verdad pretérita no tiene remedio. Pero la realidad del futuro, sí. Y de que así suceda tienen la responsabilidad los que hacen que Almeria sea una de las provincias andaluzas con más presencia en los centros de decisión más importante de la estructura del poder andaluz. Ya han llegado a Sevilla; ahora, que se note. 




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