#AlmeríaComoPrioridad

“Almerienses ha nacido para trabajar por y para los almerienses“

Juan José Cano
09:00 • 02 oct. 2022

Desde hace muchos años, desde que recuerdo, he escuchado y leído a almerienses en acaloradas tertulias. En la barra del bar o mediáticas, con amigos o con familiares, en el trabajo o en casa. Realmente hay tanto por lo que quejarse. Almerienses cargados de razones. Almerienses vehementes. Almerienses enfadados. Almerienses, nacidos aquí o de adopción. Almerienses, en general.



Pasamos años hablando de la A92, la que llegó 10 años más tarde que a ningún sitio, acabada en una triste redonda y que hoy en día sigue sin llegar a la capital. Somos la excepción. Y qué decir de la autovía del Almanzora, obra faraónica donde las haya, que todavía hoy no es una realidad, tras varias décadas de pico y pala. Almería es una especie de muro de hielo de Juego de Tronos. 



Viajeros al tren !! Recordamos con nostalgia la promesa del Euromed, más por aquellos días de 2005, de Juegos Mediterráneos, que de la realidad ferroviaria, que nunca llegó. El sueño mediterráneo se transformó en pesadilla, con el corredor mediterráneo, que ha ido cambiando su fecha de llegada de lustro a lustro. Un ejemplo ilustrativo de incapacidad hacia esta bendita tierra. Inexplicable. Injustificable.



La inexistente red de cercanías en el área metropolitana de Almería, desde poniente a levante, que daría servicio a cerca de medio millón de almerienses, que pudieran diversificar moverse más allá del coche, más allá de la A7 que está en permanente colapso, tras los sucesivos cierres del cañarete, que parece esperar jubilación y partido homenaje.



La anulación y cierre de la conexión ferroviaria Guadix – Almendricos, que unía Granada a Murcia, recorría la franja norte almeriense, dando servicio al valle del Almanzora, los Vélez y el bajo Almanzora, fue el segundo tributo de la recién estrenada autonomía andaluza. El primero fue el Pucherazo del 28F, la vulneración y la anulación de la voluntad popular almeriense llamada a urnas. Estos pobres almerienses, la mitad muertos, la otra mitad que no sabían votar.



Si miramos el sector sanitario, el mayor ejemplo de ineficacia fue el materno infantil. Durante años solo vimos el esqueleto de su estructura levantada, sin avance ni esperanza de verlo acabado. O como no se hacía realidad un hospital para Roquetas de Mar, una infraestructura lógica para el segundo municipio más poblado de Almería. 



Siguiendo con la bata blanca, tenemos a día de hoy el dudoso honor de tener unos datos paupérrimos en atención primaria, pediátrica o enfermería, colocando a Almería en el furgón de cola nacional, en lucha permanente por eludir los puestos de descenso, como en el futbol.



Hablar de Almería es hablar de agricultura. Y la agricultura productiva sin agua no es posible. Hemos visto desastre tras desastre con los planes hidrológicos nacionales, o sucedáneos, que siempre han hecho que la cuenca mediterránea, nuestra área natural, se vea castigada y abandonada. Y siempre excusas o imposibles. Prefieren tirar el agua al mar a que lo dedicásemos a regar campos de golf, como si ese turismo solo estuviera circunscrito para ciertas partes de España. Aquí cada gota de agua es bendecida y usada como si de oro se tratase. Somos la despensa de Europa.


Mal de muchos, consuelo de tontos. No es gratificante ver a nuestros hijos, como en otras provincias cercanas, estudiando en barracones, con altos ratios de alumnos por aula por falta de docentes y personal. Otro tema de estudio, nunca mejor dicho, es donde levantar nuevos colegios o institutos, demasiadas veces son fruto de la presión vecinal, ante la falta de infraestructuras educativas en nuevos barrios o municipios de la Almería vaciada. Mas que para cum laude, nuestros gestores deberían repetir curso.


Que sencillo es ningunear a esta región del sureste, esquinada, virtualmente aislada, de gentes sencillas de carácter discreto. Somos una especie de aldea de irreductibles galos, tan lejos de Roma. Esos romanos que cada cuatro años vienen a nuestra conquista. Lamentablemente del cañillo de Puerta Purchena no brota esa pócima mágica que diera fuerza y vigor a nuestros representantes políticos, visto lo padecido y sufrido durante décadas. 


De cara a Génova o Ferraz, a San Telmo o Moncloa, existe subordinación de los representantes de los partidos tradicionales, que anteponen otros intereses a nuestras históricas demandas. Nuestros “mejores” hombres, y mujeres, piensan más en la foto que en su tierra, más en su progresión personal que en la de sus vecinos, más en medrar dentro del partido que defender lo legitimo y justo. La premisa es no molestar, “lo que diga el señorito”, a lo Gracita Morales. En la intimidad bailan parrandas, o eso confiesan algunos. 


Pues ha llegado el momento de decir hasta aquí hemos llegado. Pasemos de las redes sociales, del cabreo, de quejarnos, a movernos, a construir algo útil nosotros mismos. En Almería ha comenzado un tiempo nuevo. Almerienses ha nacido para trabajar por y para los almerienses. Vamos a dar la cara en todos los temas importantes. Los almerienses desencantados o huérfanos a quien dar su voto ya tienen un partido político que tiene Almería como prioridad.


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