Tengo para mí que alguien ha debido recomendar al Grupo Municipal del PSOE que renueve su carta de tapas para abrir el menú a un sabor diferente al de la cochambre non-stop. Y debe ser por eso que han querido ampliar el recital de miserias con las que pretenden ganar las municipales abriendo un nuevo frente en el capítulo patrimonial, hablando de los torreones de la muralla del conjunto monumental de La Alcazaba que han sido subsumidos por el tejido urbano y han quedado en mitad del barrio de Pescadería. Los socialistas han reclamado más atención al Ayuntamiento, lamentándose y afligiéndose muchísimo. Y esto está muy bien, pero conviene recordar que esos torreones jamás han sido competencia municipal, como tampoco lo eran los torreones de San Cristóbal que, en tiempos de la conjunción planetaria del PSOE en Junta, Diputación y Ayuntamiento, fueron ocupados… y hasta amueblados. Piensen que la última actuación directa que tuvo el PSOE sobre esos torreones fue cuando gobernaban la Junta y el entonces delegado de Cultura, Alfredo Valdivia (Premio Black & Decker 2017 por su pintoresco episodio de agujereo de las murallas de la Alcazaba) puso a dos tíos a revolver legajos a ver si encontraban algo que acreditase que los torreones eran del Ayuntamiento y no de la Junta. Pero no encontraron nada. ¿Seguimos hablando del respeto del PSOE por el patrimonio almeriense? Pero hombre, si han tenido que venir los fachas del PP a comprar el Cortijo del Fraile para rehabilitarlo y han sido los franquistas del PP los que han salvado al Hospital Provincial del abandono y saqueo padecido durante la gestión socialista y van a abrir allí un museo de pintura. ¿Hablamos de lo mucho que respetó el PSOE el patrimonio almeriense durante los años que tuvo al Ayuntamiento como una inmensa escombrera en plena Plaza Vieja? En fin. Está visto que el patrimonio que mejor entiende y atiende el PSOE es la basura. Por eso acabarán volviendo a ella.
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