¿Qué canta el PSOE de ahora?

A los que nos coincidió la Santa Transición con la ebullición hormonal del guateque, nos pasaba a veces que en la ruta hacia el tocadiscos te cruzabas con el típico amigo pelma que decidía interrumpir la animada selección de los biyís y boniem para endilgarnos la turra con cantautores concienciados o folclore revolucionario. Una iniciativa que arruinaba aproximaciones y pedreas, porque ya me dirán ustedes qué puñetas iba a hacer uno si cuando se bajaba la luz llegaba un cretino y se pinchaba Quilapayún, que efectivamente era una droga. Recuerdo de aquella época una canción del grupo “Aguaviva” que tenía la letra de un poema que escribió Alberti en los años cincuenta sobre los poetas andaluces y que cantado luego en los setenta sonaba un poco fuera de tiempo, aunque eso lo comprendimos luego. Los versos, que hoy serían severamente contestados por las trastornadas al frente de los chiringuitos feminoides (¿dónde los hombres, con pecho de hombres sienten, etcétera) han cobrado -al menos para mí- una sorprendente actualización, porque del mismo modo que el poeta cómodamente exiliado lamentaba y se extrañaba de la pasividad, la aquiescencia y el silencio de los intelectuales y autores durante el franquismo, uno empieza también a preguntarse qué cantan los socialistas almerienses de ahora. Me consta que hay muchos cargos del pasado -y alguno incluso del presente- que asisten con disimulado espanto a la deriva destructiva en la que ha metido a su partido el irresponsable e imprudente Pedro Sánchez. No son pocos los socialistas que contemplan desde el estupor el asalto institucional que está protagonizando Sánchez tras entregar la gobernabilidad de España a quienes no tienen más eje común que su destrucción. ¿Dónde están ahora los socialistas almerienses?