Desechando inocentadas

Para el Día de los Inocentes intento imaginar una broma, que parezca creíble y nos haga reír, pero mi humor es demasiado negro, rozando lo grotesco, lo ofensivo, y, más que sonrisas, provocará arcadas. Aquí van algunas ideas desechadas.

Se me ocurrió que, como colofón al mundial de la vergüenza, la FIFA permitiese la ejecución de algunos futbolistas por el mundo. Quizás que Israel tirotease a un joven palestino, o que Irán anunciase, a bombo y platillo, el ahorcamiento de otro por defender los derechos de las mujeres. Espeluznante, ¿quién se lo iba a creer?

Pensé que,  en la misma semana, el presidente del primer partido de la oposición aplaudiese el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, incitase a la policía y a la guardia civil a movilizarse contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, y organizase la salida en semilibertad, del extesorero al que el expresidente del Gobierno, el mismo que nombró a los jueces que ahora bloquean la renovación del CGPJ, le pidió “Luis, sé fuerte”. Pero mejor no bromear con estas cosas, que por menos, las cunetas se han llenado de cadáveres.

Deseché la idea de que en un Espacio Natural hiperprotegido, había un hotel declarado hace 13 años ilegal, inmoral, y que engordó algunos bolsillos, imposible de demoler porque un simple Ayuntamiento se negase a acatar la ley y nadie pudiese hacer nada. No era verosímil. Como tampoco, que en ese mismo espacio, se secase uno de los humedales más importantes de Andalucía por la rotura de un canal que llevaba agua a las salinas, y que la administración competente en su conservación, lo ocultase para que no le perjudicase en las elecciones, cediese al chantaje de la empresa que las gestiona, y anunciase un millón de euros para favorecer la avifauna que lo único que necesita es que vuelva el agua. Esperpéntico. Pensé que era más fácil esto de hacer reír sin ofender a nadie, inocente de mí.