Rafael Alberti

Se equivocó la paloma, se equivocaba. La paloma se vuelve a equivocar cada vez que surge algo relacionado con la guerra civil por más que haga unos sesenta años. El alcalde de Huércal Overa ha creído urgentísimo recabar información de su pueblo para ver si el teatro marcha mejor sin el nombre de Rafael Alberti. Le ofrezco una idea gratis: pónganle al teatro el nombre de Blas Piñar o de Vizcaíno Casas. Seguro que se movilizará así todo el turismo internacional en busca de cultura, cosa que obviamente no consigue ese poeta principiante y desconocido que se llama Rafael Alberti.
También se dice por el pueblo que el gaditano no es un autor que represente mucho a los huercalenses ya que ostenta el nombre de su teatro por la ideología. Por culpa de la ideología no quieren investigar los crímenes del franquismo, ni tampoco aceptan la ley de memoria histórica, sin embargo cada vez que pueden le dan un bocado a la izquierda allá donde más le duele como es el olvido de sus víctimas. La reconciliación la trajo la transición y la democracia, pero estas cosas, a estas alturas, no se las cree nadie, porque ya ven como se la tenían guardada a Alberti. Dice la gente del pueblo, votante del PP, que no se explica el revuelo que ha tenido el cambio de nombre del teatro. Cabe preguntarse si tenían pajolera idea de lo que significaba Alberti, y si en verdad la tenían, ya es mala uva, producto de la iconoclastia visceral tan arraigada. Se trataría de una memoria histórica a la inversa y con mala leche como diciendo, ahora gobernamos nosotros, vivan las cadenas, los toros y la zarzuela. Yo recomendaría mucha prudencia, porque es por aquí por donde asoma la textura intelectual de la derechona tan aborrecible últimamente.