Calle Almería de Los Gallardos

El Edificio de Usos Múltiples se ha levantado en el solar que ocupaba el cuartel de la Guardia Civil en la calle Almería de Los Gallardos. Para la memoria, conviene destacar que esa vía es un caso único porque a lo largo de la historia han residido cuatro alcaldes. El primero fue el comerciante Andrés Flores Soler, hijo de jornalero de Sierra Cabrera, que fue alcalde cofundador del pueblo, tras la independencia de Bédar en 1924.

Otro alcalde en varios periodos de la Guerra Civil es el maestro albañil Juan Gallardo Ortega, conocido por todo el mundo como Juan Mateo, viudo de Candelaria Acosta, hermana de don Federico, cura-párroco de Sorbas, Albox, y Los Gallardos, entre otras localidades. José Antonio García Crespo, alcalde, vivió ya en periodo democrático en la misma vivienda que residió Juan Mateo. Crespo es hermano de la exdiputada provincial María José García, clave junto a la actual alcaldesa de Níjar Esperanza Pérez, en sus tiempos de delegada de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía para que se construyera el Pabellón Municipal de Deportes. Al final de la calle, estuvo la Fonda Ramírez que da a varias calles, propiedad de la familia de otro alcalde democrático como Segundo Ramírez Pérez. 

La calle Almería podría ser una guía para la memoria. Actualmente abre la calle Carlota Molina Grima de 94 años y la cierran dos casas con mucha historia como el antiguo gran comercio de Andrés Flores, mi abuelo, o la de Juana Gallardo Ruiz, Juanica la del teléfono en cuya casa hasta 1940 estuvo el estanco del pueblo regentado por su madre Ana María, hermana de la tía María Dolores de la Fonda y de Frasquitica que justo enfrente del edificio inaugurado tuvo un comercio hasta que su hijo, el célebre funcionario municipal José González Ruiz se casó con Francisca que vendió joyas. Una historia local, pero con personajes universales y con luces largas. La crónica de Los Gallardos que aguarda para el centenario que se cumple en 1924 tiene tarea por delante. 

Y la calle Almería tiene incluso recuerdos para el inicio de la televisión. Mi tío Pepe Flores, administrativo de Hierros de Garrucha, sacaba sillas, para que sus vecinos vieran aquella única televisión en blanco y negro que hablaba más de Saigón o Australia que de la falta de libertad en nuestras narices.