La vida es un carnaval

Digo febrero y digo carnaval. Digo cenizas y digo vida. ¡Bienvenidos al carnaval!, ¡Bienvenidos a la vida más allá de la vida!, ¡Bienvenidos a los ritos anuales de nuestra civilización!. Si estamos aquí es porque nos encanta experimentar la vida como un carnaval, con sus diferentes  y múltiples manifestaciones. Y esto significa que deseamos disfrutar de la vida al máximo, caminando de la mano de la alegría y la diversión, porque es cierto, la vida es un carnaval y, ¡qué divertido es!

Pero, ¿es la vida un carnaval o una celebración constante? Esta es una pregunta que la mayoría nos hemos hecho a lo largo de nuestra existencia. ¿Es la vida una fiesta interminable o es una serie de altibajos? Nuestras vidas están llenas de distintas experiencias que abarcan desde la felicidad a la tristeza y todas sus variaciones. Como sucede en el carnaval, hay momentos para reír, llorar, bailar, cantar y gritar. Estas experiencias forman parte de la vida cotidiana, y es que estamos rodeados de todo tipo de manifestaciones que nos permiten vivir la vida como un carnaval, como los carnavales de siempre, aquellos que en nuestra infancia se disfrazaban de temor y miedo ante la imposibilidad de comprender a qué venía tanta máscara cuando la verdadera nunca se nos enseñaba. O aquellos otros carnavales de la clandestinidad, alimentados con ansias de libertad, donde la represión aún coleaba, detenía, identificaba y multaba. Carnavales de hoy en los que también hay espacio para la imaginación y el juego. La vida es un escenario donde podemos explorar y desarrollar nuestras habilidades y talentos. Todos podemos dar rienda suelta a la imaginación para crear algo diferente y único.

El carnaval nos recuerda que la vida también es un proceso creativo y que somos los responsables de crear nuestro propio destino. El carnaval también nos enseña que no hay que tomarse la vida demasiado en serio porque es una fiesta para disfrutar y la alegría es contagiosa. Si queremos vivir la vida como un carnaval, debemos abrazar las diferentes manifestaciones que éste nos ofrece. ¡Viva el carnaval! ¡Vivan sus manifestaciones!