¿De cuántos retos alcanzados cuanto parecían inalcanzables en el pasado podemos sentirnos orgullosos los almerienses y de cuántas realidades presentes debemos sentirnos preocupados? El lunes pasado un grupo de almerienses- los nombres podrán encontrarlos al final de esta Carta- constituimos el Foro HorizontLei, un espacio de reflexión en el que buscar respuestas a los interrogantes y a la incertidumbre que rodean al presente y al futuro de la provincia. Los argumentos que siguen a continuación son una transcripción libre de algunas de las opiniones expresadas en el salón noble del Círculo Mercantil.
AVE: parte de la solución, pero no la solución
La llegada de la alta velocidad transformará el futuro de las comunicaciones de la provincia. Con el AVE, aquella provincia a la que llegó el Rey Alfonso XIII en barco desde Cartagena, dejará de estar aislada por ferrocarril de una forma moderna. Que nadie lo dude. Pero que nadie dude, también, que esta reivindicación no puede ensombrecer o retrasar otros retos como el agua, la permanente modernización del sector agrícola o el aumento de oferta de vuelos. La alta velocidad es una parte importante de la solución, pero no es la única solución para continuar avanzando. El AVE vuela sobre el futuro como una gran oportunidad, pero su sombra no debe poner en penumbra otros retos también urgentes. Hay que hablar del AVE, pero no solo del AVE.
Nómadas digitales: la gran oportunidad
El sol que nos abrasó durante milenios y el olvido que nos castigó durante siglos pueden convertirse en dos grandes aliados del futuro. La digitalización posibilita la deslocalización de trabajos hasta ahora sometidos a espacios inamovibles. Hoy es posible desarrollar decenas de empleos a miles de kilómetros de distancia de las sedes oficiales de las Compañías. Las empresas con más alta cualificación y, por tanto, sus trabajadores, con sueldos bien remunerados, pueden encontrar en la provincia un espacio vital que satisfaga sus aspiraciones de realización personal. Contamos con el clima y la no masificación como aliados imbatibles; ahora hace falta que la oferta de ocio, sanitaria, educativa y de infraestructuras de comunicación conviertan este atractivo en irresistible. Trabajar en una oficina de Manchester a cinco grados bajo cero en la que a las cuatro de la tarde ya es de noche está en las antípodas de la seducción que puede producir hacer el mismo trabajo en una urbanización junto al mar a 15 grados en la semana más dura del invierno y a quince kilómetros de un aeropuerto más cercano.
Población: la provincia que más crece después de Madrid
Almería tenía en 1980 cuatrocientos mil habitantes. Cuarenta años más tarde ya somos más de 700.000. El dato es tan espectacular que no necesita comentarios. Somos la provincia que más ha crecido, tras Madrid. Y vamos a continuar creciendo. Ser pocos significa contar poco allí donde se toman las decisiones importantes. El crecimiento demográfico es un aliado, pero también conlleva la aparición de problemas inevitables. A mayor población, mayor demanda de infraestructuras sanitarias, educativas o de movilidad. Además del problema de integración social cuando, gran parte de esa población llega de otros países, otras culturas y otros idiomas. Más de cien mil almerienses buscaron en Orán, después de la Guerra Civil, o en Cataluña, Francia o Alemania, en la miseria de la Dictadura, un territorio en el que encontrar lo que aquí se les negaba. Desde hace años la situación se ha invertido. Ahora son más de cien mil las personas que desde la grisura permanente de Inglaterra o las hambrunas insoportables de África han llegado, llegan y continuarán llegando hasta nosotros. ¿Esa realidad irremediable genera problemas? Si. Pero también genera oportunidades. Hay que poner en funcionamiento la inteligencia y aprovecharlas.
Marca Almería: ¿Por qué nos queremos tan poco?
El ADN almeriense se ha acostumbrado a la resignación del pesimismo. Mientras cualquier avance pequeño en otras geografías cercanas aquí lo revestímos de la grandiosidad con que miran a los demás los que permanecen presos de un permanente complejo de inferioridad, los grandes avances que estamos viviendo intramuros de nuestra geografía provincial o son percibidos como inapreciables cuando no- y esto es peor aún- ignorados por la apatía irresponsable del desinterés. Almería es referentes en campos tan complejos como la agroindustria, la mayor eficiencia del mundo en el uso del agua, la internacionalización de nuestras empresas, la biotecnología o el estudio de complementos alimenticios contra el cáncer y otras patologías, por citar algunos ejemplos. Y, sin embargo, no sabemos venderlo. Ni fuera, ni dentro de nuestras fronteras. Hay una Realidad Almería, pero no hay una Marca Almería. Las experiencias innovadoras en cualquier aspecto están dominadas por un monocultivo táctico que impide desarrollar una estrategia global que posicione la Marca Almería dónde debe estar.
Agricultura: A las puertas de un capítulo revolucionario
La agricultura almeriense recorre desde hace sesenta años un proceso revolucionario que brotó en la cultura de cultivar la arena y en la que algunos de sus mejores frutos están aún por cosechar. Todos sabemos de dónde veníamos y dónde hemos llegado. Pero ¿hasta dónde podemos llegar? La respuesta, como cantó Dylan, está en el viento, y ese viento imparable que es la investigación nos está situando a las puertas de escribir otro capítulo en las manos- o mejor, en la inteligencia- de la biotecnología en la que Almería, Andalucía y España cuenta con excelentes profesionales. Hemos pasado de producir alimentos, a generar productos saludables y estamos en el umbral de ser proveedores de salud reforzando el sistema inmunológico. Un reto- otro más- en el que la alianza del sector agrícola con los vértices sanitario y académico diseñará un triángulo que podrá convertirse en un arma poderosa contra aquellas patologías que tienen en la deficiencias de nuestro sistema inmunológico su mejor aliado para deteriorar la salud. No es una quimera. Ya hay empresas almerienses trabajando con aliados en este campo en numerosos países de otros continentes.
Málaga: mirar, pero no imitar
Nuestros vecinos se han convertido en un indisimulado objeto de deseo. El cambio experimentado es tan espectacular que solo puede producir admiración. El Plan estratégico de Málaga ha sido un éxito en el que todavía no está escrito el final. Almería debe mirar ese modelo, pero no para imitarlo, sino para aprender de su metodología. El mimetismo con los desarrollos malagueños nos condenaría al fracaso porque el original siempre será infinitamente mejor que la copia. Almería tiene personalidad para desarrollar su propio modelo. Lo que es preciso es que haya un diseño de largo recorrido por el que habrá que circular no hasta las próximas elecciones, sino hasta que lleguen las próximas generaciones. Esa es la clave. Construir el modelo Almería desde nuestras fortalezas- que son muchas- y hacerlo desde dos premisas: la primera sabiendo que, sin una estrategia definida, llegar, llegaremos; lo que no sabemos es donde. Y la segunda, que nunca hay un puerto seguro para el marinero que no sabe dónde va.
Turismo: Romper la estacionalidad
El turismo ya no es un gran invento. Es una necesidad vital que no queda reducida a experiencias aisladas. Forma parte de la vida y es una potentísima industria de la felicidad. Almería tiene unas condiciones extraordinarias para satisfacer las demandas, pero también unas limitaciones brutales. Las pésimas comunicaciones por tren y avión nos convierten en una isla de casi imposible acceso. El clima y la no masificación del territorio son dos atractivos irresistibles para quienes buscan una oferta distinta a los parques temáticos de muchedumbres airadas y borracheras sin límite. Hay que construir una oferta que eleve a categoría de seducción los atractivos naturales de los que tantos y con tanta excelencia contamos en una provincia en la que el turista tiene a menos de treinta minutos la nieve, las mejores playas y los más asombrosos paisajes en un parque natural único en el mundo, el mayor desierto del continente y una densidad demográfica envidiable. Claro que para que esa oferta pueda romper la estacionalidad hace falta que los trenes lleguen y los aviones aterricen. Dos circunstancias que no solo no se dan, sino que continúan situándonos en el vagón de cola de unas comunicaciones que más que unir, separan. Y de qué forma.
Quiénes forman el HorizontLei
Isabel Alonso(presidenta de Transportes Isabel Alonso), Antonio Bretones (presidente de CASI), Jesús Barranco (presidente de La Unión), Pedro M de la Cruz (Director de La Voz de Almería), Josephine Cuadras (Cuadraspania), José Luis Estrella (Director General de Hispatec) Joaquín Fernandez (Director de Qvisión), María José Flores (VeraImport), Mari Carmen Galera (Gerente de Tecnova) Lola Gómez Ferrón (directora de Clisol Agro), Juan Antonio Gonzalez,(presidente de COEXPHAL), José Luis Heredia (vicepresidente ejecutivo de Cajamar), Pilar Martinez Cosentino (vicepresidenta ejecutiva de Cosentino), José Luis Martínez (editor de La Voz de Almería), José Martínez Portero (Presidente de Única Group), Belén Martínez Leyva ( directora general de Plataforma X las marcas) Társila Martínez (Magistrada de la Audiencia Provincial), José María Rossell (Hoteles Playa), Andrés Sánchez Picón (Catedrático de la economía de la UAL) y María Zamora (Presidenta de Vellsam)
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