Gónadas de mármol

Con la misma sensación de incredulidad que me produciría ver a Ernesto de Hannover publicitando las sobrias y salutíferas aguas del manantial de Sierra Alhamilla, veo al PSOE almeriense anunciar ahora movilizaciones por el retraso de la autovía del Mármol. Ustedes quizás sean jóvenes o simplemente felices y desinformados, pero conviene recordar que esa carretera fue anunciada a mediados de los años ochenta del siglo pasado por el aparato bombomediático de la Junta del PSOE de Sevilla, en aquellos tiempos en donde hasta el Espíritu Santo usaba el carnet socialista como salvoconducto lubricante en los despachos de la pasta. Pero en 2018, cuando el voto de los andaluces quitó a los socialistas la llave del cortijo, aún no habían sido capaces de terminarla. Y la razón de esas tres décadas de incumplimiento de su promesa de construir una carretera capaz de vertebrar la comarca del mármol y bla-bla-bla, estaba en que los socialistas tuvieron la mala suerte de dar con empresas capitalistas y heteropatriarcales, contaminadas por la práctica franquista de pretender cobrar por su trabajo. Unos fachas. Y es que los señores del PSOE tenían otros destinos para el dinero público y consideraban que pagar a las empresas que hacían la autovía era algo secundario. Y claro, las constructoras paraban, recogían y se iban. Así durante treinta años. Pero eso no les importa para que ahora, tras apenas cuatro años de gobierno del PP, se pongan estupendos y digan que las obras (que ya están a punto de concluir) aún no están finalizadas. Lo digo para sacar de su error a los cándidos que pensaban que la máxima demostración de jeta insuperable era el ofrecimiento que acaba de hacer el PSOE almeriense de ser “garantes del cumplimiento de la agenda feminista en los ayuntamientos”, en pleno escándalo narcoputero que les afecta directamente gracias al sobrinazgo del Tito Berni. Hace falta tener las gónadas de mármol para pretender chotearse del personal de ese modo.