Un predio de nabos

Abriendo el paraguas para dejar resbalar la precipitación de discurso woke que pueda caerme, diré lo que muchos no se atreven a decir en voz alta en estos tiempos de estraperlo mental: lo de la igualdad se nos está yendo de las manos. Establecer la paridad entre hombres y mujeres con cómputos geométricos no sólo está rompiendo el valor del mérito y la capacidad real, sino que nos somete al imperio de las cuotas y las equivalencias. Uno entiende que produce mucha pereza lidiar con esa cohorte de sacerdotisos del feminismo ecotransversal que siempre están atentos a señalar al disidente, pero me permito hacerles hoy el trabajo y afearles su bochornoso silencio ante un espectáculo que, si se hubiera producido en otro sitio, sin duda habría merecido su santa indignación. El otro día el PSOE de Andalucía presentó a sus candidatos a las alcaldías de las capitales de nuestra comunidad y, bajo un enorme lema en el que se podía leer “Modelos de Ciudad”, los socialistas mostraron lo que desde una perspectiva agrícola bien podríamos entender como un predio de nabos: nueve hombres y dos mujeres. Y no seré yo el que critique que el PSOE haya considerado que esas personas sean las que puedan tener más posibilidades de alcanzar las alcaldías de sus ciudades. Lo que sí diré es que se trata de un gesto intolerable por parte del partido que dedica buena parte de su tiempo a prescribir, orientar y dar la tabarra a la sociedad española sobre cómo hay que hacer las cosas. Es más: la presentación vino a coincidir con un anuncio del Chamán Supremo de toda esta impostura, Pedro Sánchez, que avanzó una nueva ley que impondrá listas cremallera y paridad en la ley electoral, en el Gobierno y en los consejos de administración de las grandes empresas y colegios profesionales. Yo espero que, por pura coherencia socialista, en los próximos días cuatro o cinco de esos candidatos se autoperciban formalmente como mujeres y todo se equilibre de un plumazo progresista.