Jose Fernández
20:02 • 12 abr. 2012
Subidos a la cubierta de un viejo pesquero varado en un huerto, los mozalbetes de la pandilla cantaban que de ese barco, el de Chanquete, no les iba a mover nadie. La múltiples repeticiones de "Verano Azul" han hecho posible que todos almacenemos en nuestra memoria la secuencia del episodio en el que los jóvenes veraneantes protestaban ante los proyectos de una inmobiliaria, versionando en plan coro parroquial el clásico "No nos moverán" que cantaba Joan Baez en un español un poco forzado. Eran los años de la Santa Transición y perdonábamos cualquier cosa a la televisión única. Pero desde que hace años vimos esa famosa escena, con la pintora Julia tocando la guitarra y los niños haciéndole los coros, no habíamos vuelto a ver la clara vinculación del mundo náutico con el sindical. Y es que hace unos días conocimos que la UGT valenciana empleó 255.600 euros en dos cursos de patrón de yate y otro de embarcaciones deportivas dentro de su plan de formación para el ejercicio 2010/2011. Entre los "alumnos" se encontraban funcionarios del Gobierno autonómico y del Ayuntamiento de Valencia, de la Empresa Municipal de Transportes de Valencia, directivos de entidades financieras y ¡hasta el administrativo de una parroquia! Hace falta ser muy facha para no entender que los trabajadores necesitan saber patronear una embarcación de recreo para estar mejor formados y mejorar así sus condiciones laborales. En fin, luego dirán que los sindicatos están sufriendo una campaña de acoso y desprestigio, pero parece evidente que la supervivencia del sindicalismo español pasa por un necesario giro de timón, como diría Chanquete.
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