García Trevijano, jurista y político, explicaba que la democracia no existe, que el poder está en manos de una oligarquía que dirige los partidos políticos, financiados por el Estado y que no respetan la voluntad del pueblo, solo la de una monarquía impuesta por el dictador y las empresas amigas.
Lo acusaron de sedicioso, pero escucharlo, a toro pasado, deja la duda de si elegimos el camino equivocado para la Transición.
El sistema de partidos, de políticos marioneta, es el que permite un nuevo expolio, ecocidio y pelotazo en la Vega de Mestanza, junto al Guadalhorce, donde arrancarán 20.000 frutales para construir una depuradora.
Infraestructura necesaria para Málaga, pero para la que se ha elegido, de las 5 alternativas, la ilegal y más peligrosa, porque irá en zona inundable; la más cara, porque para evitar las inundaciones tienen que elevarla 4,5 m, y la inmoral, ya que destruye la última vega de la comarca, la economía local, el ecosistema y un gran legado cultural.
De nuevo la ciudadanía, con imaginación y sentimiento, encabezados por un grupo de jubilados, se ha propuesto resistir y #salvarvegamestanza. Y sabiendo cómo se las gasta el sistema, llevan su lucha a plenos municipales, al Parlamento andaluz, y por supuesto al juzgado, porque solo ahí se paran los atropellos. Han pedido medidas cautelares argumentando que es imposible acceder a la información pública obligatoria. Denunciado penalmente, por prevaricación, a los responsables autonómicos; que el proyecto es una copia de otro del 2007 y ni siquiera tiene evaluación de impacto ambiental.
Estos despropósitos se deben a la urgencia, negocio, negligencia y, seguro, a su confianza en manipular a los vecinos con el trile habitual, pero pinchan en hueso y Mestanza hará lo imposible por defender sus raíces, la puesta de sol sobre la vega y el olor a azahar, pero sobre todo para recordarnos, que la democracia no existe, se conquista.
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