A comienzos de la semana que ahora termina recibimos la visita del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quien, en el inicio de la nueva Corporación municipal, ha querido reiterar su compromiso con Almería. Es un gesto de un político que gobierna para todos, que genera confianza y seguridad en un marco de estabilidad política e institucional, con una gestión eficaz y una buena utilización del dinero público.
El presidente llegó a nuestra ciudad para ponerse a disposición del Ayuntamiento y de los almerienses para trabajar de forma conjunta y aprovechar las oportunidades que tiene Almería y responder a los desafíos. Esa es la diferencia entre un Gobierno que atiende las necesidades de los almerienses y otro que racanea a Almería.
Y eso es precisamente lo que nos jugamos los almerienses el próximo 23J: tener un Gobierno amigo, como ocurre en Andalucía, o uno que juega con el futuro de nuestra ciudad y provincia. Almería está llamada a ser uno de los grandes polos de atracción del Mediterráneo porque tenemos talento, potencial y capacidad para ello, pero necesitamos resolver las principales carencias, especialmente en comunicaciones y en materia de agua. Cinco años con Pedro Sánchez han servido para tener peores comunicaciones (especialmente ferroviarias) y menos agua por la sequía y por el empeño de un Gobierno en acabar con los trasvases hacia las cuencas más necesitadas, como la nuestra.
Por eso son tan importantes estas elecciones para nuestro futuro. Y ya no hay duda, salvo para el CIS de Tezanos, de que el PP va a ganar. Pero ganar no siempre es gobernar. Y eso es, sobre todo, lo que nos jugamos. En esta tesitura es fundamental concentrar el voto para evitar intermediarios y sorpresas desagradables. Después del ‘sanchismo’, España va a necesitar un Gobierno fuerte, sólido y sin estar sometido a exigencias y chantajes, que ofrezca seguridad y estabilidad. Porque estabilidad es sinónimo de crecimiento, como estamos viendo en Andalucía.
Y las opciones son muy claras: o gobierna Feijóo o gobierna Sánchez y la ensalada de partidos que le acompaña y que ya han dicho que el precio de su apoyo va a ser mayor. Mientras otros piensan en pactos, el Partido Popular apela al voto sin atajos, para gobernar sin condicionamientos. Porque ni Almería ni España están para más experimentos.
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